Galicia y la jaula de hierro
Cr¨®nica de los sucesos ocurridos en Santiago de Compostela tras el despido de la directora del CGAC, Gloria Moure
?No queremos este edificio para el Santo Oficio! A medida que el viajero se va acercando a Santo Domingo de Bonaval, en Compostela, aquel murmullo va tomando significado. El viajero ha dejado atr¨¢s, en la Quintana dos Mortos, las campanadas de la Berengela, el legendario bronce que alivia el re¨²ma y le da un punto al vino de las cavernas. El viajero se encuentra ahora con el escenario buscado. Justo al lado del pante¨®n de los ancestros m¨¢s ilustres. Castelao, en arca de piedra. La rosa herida de Rosal¨ªa de Castro. Exilio, persecuci¨®n, desprecio. Parricidio. Ahora, pompas f¨²nebres. El escenario es el Centro Galego de Arte Contempor¨¢neo. El edificio de ?lvaro Siza transmite una doble nostalgia, la de la tradici¨®n y la que ata?e al porvenir. El inter¨¦s del viajero no es casual. Tanto por el edificio como por lo que ocurre en su interior: es lo que llaman la factor¨ªa cultural. Ha tenido eco en las mejores revistas de arquitectura y arte. Desde su puesta en marcha, los m¨¢s prestigiosos peri¨®dicos europeos han dado cuenta de sus actividades.Es el anochecer del jueves. El viajero sonr¨ªe satisfecho. El CGAC parece algo innovador. Crisol de las vanguardias art¨ªsticas. El camino de Santiago vuelve a ser llamado Camino de las Estrellas, una senda de peregrinos pero tambi¨¦n de artistas y trovadores, donde los mejores milagros lo eran del arte y el lenguaje. Como le ocurri¨® a aquel maestro de Turingia que perdi¨® la voz, vino a Santiago, encontr¨® un cuervo que sab¨ªa idiomas y se lo llev¨® a la universidad. El cuervo galaico daba las lecciones en alem¨¢n, subido al hombro del catedr¨¢tico mudo. No, no le iba a defraudar. Para empezar, ?vaya happening!
?Las fuerzas de represi¨®n no son una instalaci¨®n! Hombres uniformados, con verdadera apariencia de polic¨ªas, hab¨ªan tomado el museo. El happening rozaba lo aut¨¦ntico. Los manifestantes tambi¨¦n parec¨ªan manifestantes de verdad. Pugnaban con pac¨ªfica iron¨ªa por entrar en su propio espacio. Escenificaban una hist¨®rica controversia entre el poder de la fuerza y el conjuro del arte y el lenguaje. ?Ni en el MOMA neoyorquino o en la Dokumenta de Kassel lo har¨ªan mejor! ?Ni la factor¨ªa underground de Warhol en sus buenos tiempos!
El viajero record¨® el concepto hegeliano de la obra de arte como un contenido de verdad. Aquello, ciertamente, ten¨ªa un extra?o contenido de verdad. Un artista trataba de convencer al que parec¨ªa jefe de los uniformados. Pero la autoridad expuso su tesis sobre la expresi¨®n art¨ªstica con una contundencia no menos hegeliana: "¨®rdenes son, ¨®rdenes. ?Disu¨¦lvanse!". Cuando empezaron los porrazos, el viajero comprendi¨® que asist¨ªa a la apoteosis de un nuevo realismo.
A esa hora, en otro lugar de Compostela, Gloria Moure esperaba en vano al lado del tel¨¦fono. Quer¨ªa ser o¨ªda, pero el silencio telef¨®nico demostr¨® que para ellos, para el poder de la Xunta, hab¨ªa pasado a la condici¨®n de lo que la eugenesia llamaba vida lastre. No iba a ser o¨ªda porque hab¨ªa cruzado una l¨ªnea de sombra. Se reun¨ªa el patronato del CGAC para ser informado de las razones de su destituci¨®n como directora art¨ªstica. No fue llamada. Un juicio sin derecho de defensa y ni siquiera de asistencia del reo. Gloria Moure, tres a?os fundacionales al frente del CGAC, ya no exist¨ªa. Por "razones burocr¨¢ticas", se hab¨ªa convertido en una vida lastre. La apelaci¨®n a las "razones burocr¨¢ticas" hizo recordar a Ant¨®n Pati?o, uno de los m¨¢s destacados artistas gallegos y participante en la manifestaci¨®n, una idea de Adorno: "El arte es lo contrario a la jaula de hierro de las razones burocr¨¢ticas".
A la dama vanguardista, aquellos se?ores, empezando por el presidente de la Xunta, la hab¨ªan tratado, como suele decirse, con caballerosidad. Ahora, en los papeles, los ventr¨ªlocuos del poder la tildaban de extranjera. Se hizo adrede una encuesta, con la conclusi¨®n siguiente: ?Para la mayor¨ªa de los gallegos. "resulta extra?a" Gloria Moure! La c¨²pula del Partido Popular tiene en Galicia como principal adversario al nacionalismo, pero cuando le es menester hace gala de un localismo que siega yugulares. La dama vanguardista, Gloria Moure, 52 a?os, hija de emigrantes gallegos a Catalu?a, era, pues, la dama extranjera. Al parecer, un terrible bald¨®n en el pa¨ªs del ¨¦xodo emigrante.
Pero la reacci¨®n desatada contra los que criticaban la destituci¨®n de Moure demuestra que no se trataba de un asunto personal, a enmarcar en las "razones burocr¨¢ticas". Llueven presiones como piedras. Los ind¨®mitos, los que no se consideran reductibles, son directamente difamados con comunicados llenos de referencias personales, incluso familiares, emitidos desde la Consejer¨ªa de Cultura. Curioso espect¨¢culo en un Estado de derecho. Una consejer¨ªa, es decir, un ministerio, ocup¨¢ndose en atacar a ciudadanos cr¨ªticos. Inerme en la jaula de hierro, Pedro Dellano, responsable de Artes Pl¨¢sticas del Conseillo da Cultura Galega, anunci¨® ayer que pedir¨¢ amparo al Defensor del Pueblo.
Gloria Moure, que dirig¨ªa el Espai Poble Nou en Barcelona, hab¨ªa considerado un saludable gesto de normalidad democr¨¢tica que fuese llamada por Manuel Fraga para poner en marcha un centro muse¨ªstico de expresi¨®n contempor¨¢nea. Adem¨¢s, hacerlo en Santiago ten¨ªa una simbolog¨ªa especial. Como dijo Goethe, y aprovechan la cita los mandatarios gallegos, "Europa se hizo peregrinando Santiago". En s¨®lo tres a?os, con un presupuesto muy bajo en comparaci¨®n con centros semejantes, consigui¨® que el CGAC tuviese una proyecci¨®n internacional. Sin autonom¨ªa de gesti¨®n, quem¨® gran parte de su tiempo en salvar los obst¨¢culos de las "razones burocr¨¢ticas". Su equipo art¨ªstico no ten¨ªa contratos y algunos llevaban seis meses sin cobrar.
?Cu¨¢ntos gallegos conocen el nombre del consejero de Cultura y Turismo? El hombre que transmoti¨® el cese a Gloria Moure y ahora toca la gaita McCarthy al oeste del Mi?o se llama Jes¨²s P¨¦rez Varela. Antes de convertirse en alto cargo de la democracia, fue director del peri¨®dico de ultraderecha El Imparcial. En algunos de sus art¨ªculos se brindaba por la libertad de militares golpistas. P¨¦rez Varela, ahora, dice que los art¨ªculos de prensa son "flor de un d¨ªa". Este fino estilista de la transici¨®n defin¨ªa ayer mismo por la radio como "energ¨²menos" a los manifestantes que ped¨ªan el derecho de defensa para Moure y libertad de expresi¨®n para ellos mismos.
El viajero se detuvo, c¨®mo no, en el P¨®rtico de la Gloria de la catedral de Santiago. Lo que m¨¢s le impresion¨® fue la sonrisa en piedra del profeta Daniel, una licencia del maestro Mateo. En la jaula de hierro, se la hubiesen borrado. La sonrisa.
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