El sexo seg¨²n Fo
Titulo "seg¨²n Fo" porque es m¨¢s corto, y porque los Fo son dos, y porque el Premio Nobel cuenta. Como atractivo, y quiz¨¢ convenga atraer a este espect¨¢culo c¨®mico y pedag¨®gico al espa?ol, no demasiado distinto del italiano a quien los tres autores se lo dedicaron en 1994. Habr¨ªa que a?adir m¨¢s autor¨ªas: la de Carla Mateini, a la que supongo autora de las revisiones frecuentes de este mon¨®logo, que va cambiando con el tiempo; y al director, Jos¨¦ Carlos Plaza, que ayuda a darle brillo. Y, desde luego, a Charo L¨®pez, que es algo m¨¢s que int¨¦rprete de un texto dificil¨ªsimo de decir; y de colocar a los espectadores de todo este ¨¢mbito estrecho y antiguo en que vivimos. Digo antiguo al referirme a la actualidad y parece una contradicci¨®n, y no lo es porque la actualidad es ahora antigua, y puede anticuarse m¨¢s.El espect¨¢culo es expl¨ªcito. Incluso tiene ilustraciones -como si fuese una conferencia con proyecciones- bastante anat¨®micas; y gestos bastante fisiol¨®gicos. A las personas de cierta edad -digo por no decir de m¨ª ni de nadie "a los viejos..."- no nos suena a demasiado nuevo a condici¨®n de que hayamos ca¨ªdo del lado bueno de la vida. Un lado que sufre las presiones de los otros, pero que, por lo menos, sabe lo que pasa.
Tengamos el sexo en paz
De Franca Rame, Dario Fo y Jacobo Fo. Traducci¨®n y adaptaci¨®n de Carla Mateini. Int¨¦rprete: Charo L¨®pez. Iluminaci¨®n y espacio esc¨¦nico: Francisco Leal. Vestuario: Toni Mir¨®. Direcci¨®n art¨ªstica: Jos¨¦ Carlos Plaza. Teatro Lara. Madrid.
Los anarquistas de fin del siglo pasado y principios de ¨¦ste lo explicaban ya todo, y quer¨ªan educaci¨®n sexual, amor libre y aborto. Sobre todo en Barcelona. Cuando se dice que Catalu?a est¨¢ m¨¢s adelantada que Castilla se dice una verdad: gracias a su izquierda, gracias a los libertarios. Y gracias a una derecha que no los extermin¨® hasta que llegaron las dictaduras. Su utop¨ªa se va cumpliendo: los represores son ahora los ut¨®picos, al defender la contravida que ya no se puede contener.
Libertad
Esto no es una digresi¨®n, porque los Rame / Fo son libertarios, y su conferencia sexual va hacia una de las cumbres de la libertad que es la del sexo. Una libertad b¨¢sica. Incluso con las ingenuidades t¨ªpicas de ese pensamiento: la idea de que el sexo es perfecto cuando se acude a ¨¦l por la v¨ªa de la ternura o por el amor. Si se da un paso m¨¢s all¨¢ se descubre que el amor y la ternura y otros sentimientos felices de la vida de la pareja heterosexual, homosexual; o no pareja, sino tr¨ªo, o lo que sea; y no de j¨®venes a los que se dirige fundamentalmente, son los que producen el amor, y que del ejercicio del sexo nace la ternura. "Hacer el amor" es una expresi¨®n perfecta, que lo explica enteramente: el amor "se hace", se crea, durante un acto; o mediante una acci¨®n que conduce a ¨¦l. Quiz¨¢ otra ingenuidad del espect¨¢culo sea la de inclinarse hacia las ense?anzas del zen: tan valiosas, por otra parte.Viviendo como vivimos en una actualidad antigua y perversa por represora, esta especie de clase de sexolog¨ªa sigue siendo muy valiosa; y est¨¢ escrita, dicha e improvisada con una comicidad que descarga de su posible tensi¨®n. Es un gran espect¨¢culo, es un excelente mon¨®logo y el p¨²blico del estreno se re¨ªa a cada instante; parte de la aguda interpretaci¨®n de Charo L¨®pez consiste en repetir gestos c¨®micos mudos para dar tiempo a que terminen las carcajadas. Para quienes estamos acostumbrados a la tragedia sexual, para los que vivimos en las sociedades represoras, esta descarga es sana. Y puede incitar a mayor libertad. O por lo menos a gozar de la que se tiene sin padecer miedo interno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.