Un trofeo para aliviar a N¨²?ez
El balonmano del Bar?a dedica la Copa a su presidente
Sin venir a cuento, cuando un periodista acababa de despedir la entrevista posterior a la conquista de la Copa del Rey por parte del Bar?a, el capit¨¢n Enric Masip solt¨®: "Ah... La Copa se la dedicamos al presidente N¨²?ez, que debe de estar pasando unos momentos duros, y ¨¦l siempre ha estado al lado de la secci¨®n". No es ning¨²n secreto que el equipo de balonmano guarda una gran fidelidad al presidente azulgrana ni que el equipo le dedicara el domingo, en Palencia, el t¨ªtulo n¨²mero 46 desde que Valero Rivera accedi¨® al cargo de entrenador hace justamente 14 a?os.Rivera recuerda muy bien cuando N¨²?ez, en un taxi desde del Palau Blaugrana hacia una cafeter¨ªa, le invit¨® a hacerse cargo del equipo por cinco meses tras el adi¨®s de Sergi Petit, justo despu¨¦s de una derrota ante el por entonces amo del juego, el Atl¨¦tico. Desde entonces, el Bar?a no deja de levantar trofeos: tres Copas de Europa, ocho Ligas, cinco Recopas, nueve Copas del Rey, dos Copas Asobal y un mont¨®n de Supercopas y de Lligas catalanas.
Tal es su jerarqu¨ªa que un directivo de la entidad, Emili Creus, lleg¨® a comentar en una tertulia televisiva que a veces es bueno perder, porque en caso contrario puede ocurrir lo que le pasa al equipo de balonmano, que no llena el Palau porque la gente se ha cansado de verle ganar. "Ganar nunca cansa", ex-Pone Rivera. "Hemos sacado la casta de los campeones", agregan los jugadores. "Esta Copa aumentar¨¢ la leyenda del equipo", matiza Masip.
El equipo le tiene muchas ganas a un curso presidido por la boda de la infanta Cristina con I?aki Urdangar¨ªn. Quiere Rivera que el. saldo del a?o ratifique la capacidad del Bar?a para campeonar con independencia de lo que sucede en las afueras del Palau. En el recinto deportivo manda el t¨¦cnico sin distinciones. Desde hace 30 a?os, lo primero que Valero Rivera hace tras levantarse es acudir al Palau y, una vez all¨ª, impone su manual de conducta con tal autoridad y guardia de corps que en ocasiones se le califica de dictador: "Mi lema es la honestidad en el camerino y la felicidad en la pista", argumenta Valero.
No hay jugador que se resista a una oferta del Bar?a. Se le paga bien -menos quiz¨¢ que en alg¨²n que otro club, aunque las primas compensan la diferencia del sueldo-, pero al d¨ªa y al contado. Jugar en el Bar?a es hoy una garant¨ªa de victoria (el a?o pasado gan¨® seis de los siete trofeos en disputa).
Esta temporada, ya llevan cuatro y ahora van a, por la Copa de Europa -el s¨¢bado disputar¨¢n los cuartos de final frente al campe¨®n h¨²ngaro- y la Liga. N¨²?ez est¨¢ convencido de que el equipo de balonmano volver¨¢ a dedicarle otro t¨ªtulo. Rivera nunca le ha fallado y ahora le necesita m¨¢s que nunca, pues A¨ªto Garc¨ªa Reneses se fue y a Johan Cruyff le despacharon, rompiendo as¨ª un tr¨ªo victorioso en la historia azulgrana. Valero se ha quedado solo.
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