El sue?o del Alav¨¦s se desvanece
El Mallorca vence en Vitoria pese a su planteamiento defensivo
El Mallorca lleg¨® a Mendizorroza con la lecci¨®n muy aprendida. Cuatro primeras en el suelo eran un aviso m¨¢s que suficiente para saber del peligro del Alav¨¦s. Dise?¨® un partido sin concesiones, muy a la defensiva, y sac¨® petr¨®leo de ¨¦l. Dej¨® que el equipo de Segunda se desgastara solo, que cayera v¨ªctima de su propio esfuerzo. Y lo mat¨® al contragolpe, a base de eso que llaman oficio. Fue m¨¢s saludable la actitud del Alav¨¦s, pero el resultado premi¨® al Mallorca.El Alav¨¦s sali¨® a todo gas. Conect¨® un elevado ritmo al juego, presion¨® con energ¨ªa e inyect¨® velocidad a su ataque, que siempre busc¨® los costados. La medida le report¨® ocasiones, pero ninguno de sus remates acert¨® con la red. El Mallorca no se dej¨® impresionar por el despliegue del rival. Se situ¨® atr¨¢s, muy atr¨¢s, y busc¨® fortuna al contragolpe. La posici¨®n de Ezquerro, ubicado en la media punta, result¨® muy da?ina para el conjunto local: uno de de sus centrales, el que no se ten¨ªa que encargar de la vigilancia de Amato, perd¨ªa el sitio constantemente.
El conjunto vitoriano pag¨® el desgaste del arranque. Fue perdiendo fuelle y a la media hora el Mallorca se hizo due?o de la situaci¨®n. Conserv¨® su mentalidad defensiva, pero empez¨® a retener m¨¢s la pelota, a dominar el juego. Y lo mejor para sus intereses estaba a¨²n por llegar: al filo del descanso, Ezquerro convirti¨® en un gol extraordinario una jugada que no anunciaba nada. Choc¨® con un defensa en la frontal, se levant¨® a la caza de un bal¨®n dividido y le dio salida con un zapatazo curvado que sorprendi¨® a Leal. El Mallorca no pod¨ªa haber so?ado un final de primer tiempo mejor.
Man¨¦ removi¨® su banquillo en la reanudaci¨®n. Meti¨® en el campo a Serrano y Bego?a y retir¨® a Pedro Riesco y Dacosta, a quien se le ve¨ªa al borde de la expulsi¨®n por sus continuos roces con Olaizola. El Alav¨¦s salt¨® al campo desesperado. Renunci¨® a la elaboraci¨®n y busc¨® el portal contrario por una v¨ªa m¨¢s apasionada que cerebral. El Mallorca se refugi¨® frente a su ¨¢rea y se dedic¨® a proteger su ventaja. Habituado a los ejercicios descaradamente destructivos, el conjunto isle?o se sinti¨® muy a gusto con el perfil que tom¨® el choque.
Sin embargo, Pablo se invent¨® una maniobra fabulosa y devolvi¨® la ilusi¨®n al p¨²blico vitoriano. El Alav¨¦s, todav¨ªa con 35 minutos por delante para poner en el marcador un resultado m¨¢s favorable, sigui¨® su acoso. Lo realiz¨® con determinaci¨®n, pero sin demasiado orden. Y el Mallorca insisti¨® en su pose conservadora sin ning¨²n rubor. Entreg¨® el bal¨®n al Alav¨¦s con descaro. No renunci¨® al contragolpe, pero tampoco arriesg¨® lo m¨¢s m¨ªnimo. Nunca descompuso su sistema defensivo, ni concedi¨® al rival el m¨ªnimo espacio.
Al final, el partido, lejos de premiar el esfuerzo del Alav¨¦s, recompens¨® al Mallorca por su estrategia. En un c¨®rner aislado, Stankovic, con la colaboraci¨®n de Leal, dej¨® la eliminatoria del lado isle?o.
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