El tend¨®n de Aquiles del cacique de Tucum¨¢n
La cuenta suiza del general Domingo Bussi le enfrenta a un tribunal de honor
El general retirado Antonio Domingo Bussi aguarda en su feudo de Tucum¨¢n la decisi¨®n de sus antiguos compa?eros de armas. El Ej¨¦rcito argentino anunciar¨¢ en breve si el todav¨ªa gobernador de esta provincia mancill¨® el honor de la instituci¨®n castrense al ocul tar ante el Congreso y la Direcci¨®n General Impositiva (DG1) de la naci¨®n la apertura de una cuenta secreta en Suiza.
?Falt¨® al honor -palabra sagrada para los militares- el ex general? Si as¨ª lo estima el m¨¢ximo tribunal del Ej¨¦rcito, a Bussi le espera una sanci¨®n.
Acosado por sus enemigos pol¨ªticos y por los familiares de las v¨ªctimas de su etapa de represor durante la dictadura, el gobernador se refugia en su tierra natal, donde mantiene el respaldo de un amplio sector de la poblaci¨®n. No en vano el voto de 240.000 tucumanos le aup¨® a la gobernaci¨®n de la provincia hace dos a?os. La popularidad de un hombre que durante la dictadura gobern¨® con pui?o de hierro y al que sus adversarios califican de genocida, se comprende mejor cuando se repasa la historia de Tucum¨¢n.
La estructura econ¨®mica de esta provincia del norte argentino ha estado determinada por el monocultivo de la ca?a de az¨²car, subvencionado por el Estado desde el siglo pasado. La figura del patr¨®n, que resuelve las necesidades m¨ªnimas de la colectividad, ha sido el eje de un feudalismo que cal¨® muy hondo en la idiosincrasia del tucumano, que ha esperado tradicionalmente la d¨¢diva de los pol¨ªticos. Un caldo de cultivo inmejorable para el populismo.
Dinero para los pobres
En este contexto, el general Bussi se convirti¨® en el interventor militar de Tucum¨¢n con amplios recursos para combatir la subversi¨®n. El diputado radical Alfredo Neme Scheij recuerda que durante la dictadura "mientras Bussi instrumentaba la represi¨®n ilegal, Jos¨¦ Alfredo Mart¨ªnez de Hoz mandaba recursos enormes desde el Ministerio de Econom¨ªa para crear la imagen de que el Gobierno hac¨ªa obras". Bussi compet¨ªa con las organizaciones de extrema izquierda como el Partido Revolucionario de los Trabajadorees (PRT) y su brazo armado el Ej¨¦rcito Revolucionario del Pubelo (ERP) en acciones populistas, como la distribuci¨®n gratuita de alimentos en las villas miseria. "Bussi todav¨ªa tiene m¨¢s base social en sectores pobres", sostiene el reportero tucumano Julio Pantoja.En una sociedad autoritaria el orden es un valor apreciado. "La gente estaba harta de administraciones corruptas. 'Bussi mat¨® ?y qu¨¦?". Nunca tuvo imagen de corrupto", recuerda Pantoja.
Hoy la ¨¦tica y la moral pregonadas por Bussi est¨¢n por los suelos, al conocerse que el general guard¨® en Suiza el dinero obtenido por cauces irregulares, que incluyen probablemente la extorsi¨®n a detenidos-desaparecidos durante la dictadura.
Las organizaciones humanitarias y la oposici¨®n pol¨ªtica refrescan la memoria y difunden, una vez m¨¢s, algunas cifras de la obra de Bussi en su etapa de interventor militar: 906 desaparecidos contabilizados por la comisi¨®n bicameral, y las denuncias superan las 2.500.
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