Al Celta le pudo el v¨¦rtigo
Pudo m¨¢s el v¨¦rtigo. Se asust¨® Celta en una prueba definitiva, aquella que le iba a dejar a un punto del Madrid a falta de nueve jornadas. El grupo de Iureta mir¨® hacia abajo y le pareci¨® demasiada la altura para un equipo tan modesto. El miedo le acerc¨® al fracaso. El miedo y un experimento ofensivo de su t¨¦cnico que se demostr¨® fallido: quiso Irureta asumir m¨¢s riesgos en un partido del que nadie desconfiaba y cuando rectific¨® era ya demasiado tarde. Asustado por verse tan arriba, cedi¨® el Celta dos puntos ante un equipo que mereci¨® tal calificativo. El Tenerife jug¨® a poseer el bal¨®n y a mantenerlo lejos de Unz¨²e, y rompi¨® un mito: aquel que dice que al Celta le vienen mejor los equipos que se abren.Sin Ito en el centro del campo el Celta fue otro. Sorprende la importancia del papel que desempe?a el internacional sub 21. Lo hab¨ªa advertido Mazinho: con s¨®lo un centrocampista defensivo el Celta pierde sobriedad. Adem¨¢s de sobriedad perdi¨® ayer capacidad de presi¨®n y por lo tanto posesi¨®n de la pelota.
Tampoco a la grada se le escap¨® la inconsistencia del Celta en la l¨ªnea media. No hab¨ªa transcurrido media hora y la afici¨®n ya coreaba el nombre de Ito, consciente de que el grupo de Lillo era el que estaba m¨¢s cerca del gol. A la indolencia del Celta en ese periodo se le unieron las deficiencias en su costado derecho. Por donde habitualmente suben Michel Salgado y Karpin transitaban ayer ?scar Vales y S¨¢nchez. As¨ª, la amplia n¨®mina de delanteros que dispuso Irureta s¨®lo se surti¨® de Revivo.
Javier Irureta resolvi¨® r¨¢pidamente. A poco de la reanudaci¨®n mand¨® a sus dos puntas al vestuario y reforz¨® el medio campo. Volvi¨® el Celta a ser el de siempre, pero con menos tiempo por delante. El bal¨®n empez¨® a correr de porter¨ªa a porter¨ªa y el Celta se instal¨® en la ¨¢rea tinerfe?a. Y comenzaron los problemas para P¨¦rez Lasa, que no crey¨® en ninguna e las ca¨ªdas en el ¨¢rea visitante y s¨ª en la ¨²nica que se produjo en la de Diezma. Se llev¨® un penalti el Tenerife, pero Kodro estrell¨® el bal¨®n en el larguero. En los minutos finales, los de Irureta sumaron m¨¢s ocasiones que en todo el tramo anterior, pero una estirada de Unz¨²e en un fogonazo de Mazinho dej¨® claro que esta vez no iba a haber milagro.
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