Comienza el deshielo entre China y Taiwan
Exactamente dos a?os despu¨¦s de la guerra de los misiles en el estrecho de Formosa parece tener lugar un deshielo en las relaciones entre la Rep¨²blica Popular China y la isla nacionalista. Desde hace unos meses no pasa una semana sin que desde ambas orillas del estrecho se produzcan veladas incitaciones para que se reanuden las conversaciones interrumpidas en 1995, cuando el presidente taiwan¨¦s, Lee Teng Hui, realiz¨® una visita a EE UU muy difundida por la prensa, inmediatamente interpretada por Pek¨ªn como un paso de Taiwan hacia la independencia. Y anteayer, los taiwaneses respondieron positivamente a una carta oficial que las autoridades comunistas enviaron a las de la isla rebelde invit¨¢ndolas a retomar las negociaciones
El presidente chino, Jiang Zemin, ha hecho de la cuesti¨®n de la "reunificaci¨®n" la prioridad de su diplomacia, en la que cada gesto en direcci¨®n de una potencia extranjera, empezando por EE UU, sirve de forma evidente para su gran meta. Para el pr¨®ximo mes est¨¢ prevista una reuni¨®n nacional que debe celebrarse en el sur de China. Tiene por objetivo definir una nueva estrategia de reconquista "pac¨ªfica" de la isla rebelde.Un siglo de separaci¨®n, con conflictos armados como tel¨®n de fondo, hace que la tarea sea especialmente ardua. En 1895, Taiwan fue primero ocupado por los japoneses, por entonces en guerra con China. Si ¨¦sta recuper¨® la isla gracias a los acuerdos de Yalta, s¨®lo fue por pocos a?os: en 1949, el general nacionalista Chiang Kai-chek, expulsado de China por los comunistas, se repleg¨® a Taiwan con 600.000 soldados, donde se hizo con el poder. En total, 1,5 millones de chinos del continente le siguieron. Durante mucho tiempo, el Partido Nacionalista, el Kuomintang, afirm¨® que su retirada a Taiwan era s¨®lo transitoria.
Fue Deng Xiaoping quien en 1978 desencaden¨® un viraje decisivo en el enfrentamiento hostil: reconoci¨® el statu quo de Taiwan, decidi¨® detener el conflicto militar y pidi¨® la apertura de un di¨¢logo. Cinco a?os m¨¢s tarde, el peque?o timonel traz¨® el primer esbozo de una unificaci¨®n pac¨ªfica bajo la expresi¨®n "un pa¨ªs, dos sistemas", con vistas a "una reunifcaci¨®n pac¨ªfica de la patria". Concebido para Taiwan, sirvi¨® para la devoluci¨®n de Hong Kong en 1997.
En el caso de Taiwan, el Gobierno de la isla tard¨® a?os en reaccionar, y hasta 1990 no reconoci¨® la existencia de la Rep¨²blica Popular China, dentro de una "coexistencia pac¨ªfica". En 1990, el Kuomintang elabor¨® una nueva pol¨ªtica de unificaci¨®n que llam¨® "un pa¨ªs, dos entidades pol¨ªticas". Pero la suspensi¨®n de la ley marcial en 1987 y el avance de nuevos partidos, en especial del independentista Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP), hizo que la posici¨®n de Taiwan sobre el futuro de la isla se volviera m¨¢s imprecisa y, por tanto, m¨¢s incierta.
Relaciones indirectas
Si los preparativos de Taiei evolucionan, tambi¨¦n se debe a que, desde noviembre de 1987, las relaciones indirectas con el continente se han multiplicado: los residentes en Taiwan est¨¢n autorizados a visitar a sus primos del continente; los intercambios comerciales y las inversiones directas de Taiwan en Fuji¨¢n est¨¢n en auge. El a?o pasado, las empresas taiwanesas invirtieron 1.600 millones de d¨®lares (240.000 millones de pesetas), un crecimiento del 31%, en la Rep¨²blica Popular China a pesar de la prohibici¨®n por parte de Taipei.Ante la fuerza de los intercambios, Pek¨ªn y Taipei no pod¨ªan quedarse cruzados de brazos y establecieron estructuras "no gubernamentales" cuya vocaci¨®n era entablar "negociaciones extraoficiales". En 1990, Taipei estableci¨® la llamada Fundaci¨®n para los Intercambios a trav¨¦s del Estrecho. En 1991, Pek¨ªn respondi¨® con la creaci¨®n de la asociaci¨®n encargada de las relaciones entre las dos orillas del Estrecho. Una etapa decisiva que desemboc¨® en abril de 1993 en la cumbre de Singapur, a la que asistieron los presidentes de los dos organismos paragubernamentales. Esta hist¨®rica cumbre por primera vez ratific¨® el reconocimiento oficial del otro.
Pero la tregua fue breve: tras varios incidentes y obst¨¢culos diplom¨¢ticos encaminados a aislar totalmente a Taiwan, el tono subi¨® entre los dos adversarios, que reanudaron brutalmente las maniobras de intimidaci¨®n militar mediante disparos de misiles en el estrecho de Formosa en marzo de 1996. Si bien estos disparos no desembocaron en una guerra real, dado que EE UU envi¨® inmediatamente un portaaviones a las agitadas aguas, s¨ª detuvieron de golpe todo di¨¢logo, al menos oficial, entre los dos bandos.
Fue a finales de 1997 cuando se hicieron p¨²blicos los primeros "contactos", aun circunscritos a cuestiones t¨¦cnicas. En enero, el presidente taiwan¨¦s, Lee Teng Hui, volvi¨® a afirmar que no declarar¨ªa la independencia.
China respondi¨® inmediatamente con un urgente llamamiento al di¨¢logo. Y de pronto, tras numerosas declaraciones de buena voluntad, todo parece acelerarse.. En su tradicional discurso de apertura de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Jiang Zemin renunci¨® a sus tradicionales amenazas a Taiwan.
Por su parte, el hasta ahora ministro (le Asuntos Exteriores chino, Qian Qichen, afirm¨® que las "condiciones estaban maduras para unas negociaciones pol¨ªticas entre las (los orillas del Estrecho bajo el principio de una ¨²nica China".
Si Pek¨ªn parece decidido a acelerar los grandes cambios, en Hong Kong se dice que se inspirar¨¢n en gran medida en la t¨¢ctica del "palo y la zanahoria".
"Pek¨ªn parece querer mostrarse flexible sobre la definici¨®n de un pa¨ªs", explica Willy Wo Lap Lam, gran especialista de la esfera pequinesa y articulista del diario South China Morning Post, "y est¨¢ dispuesto a ofrecer ventajas espec¨ªficas a los inversores taiwaneses en su suelo". "Pero", a?ade, "puede muy bien ser implacable en su pol¨ªtica extranjera, utilizando hasta el extremo la visita del presidente estadounidense, Bill Clinton, adelantada a finales de junio, para presionar a los dirigentes de Taiwan".
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