Rescate de una obra maestra mutilada
Ya era una buena pel¨ªcula en la versi¨®n mutilada que dio la vuelta al mundo en los a?os sesenta y encumbr¨® al entonces casi desconocido Peter O'Toole en una creaci¨®n complej¨ªsima y eminente.Pero ahora Lawrence de Arabia vuelve en su esplendor, rescatada casi en la integridad del montaje que su director, el gran cineasta brit¨¢nico David Lean, dio por definitivo en 1962, pero que posteriormente fue salvajemente mutilado por los due?os y los comercializadores de la pel¨ªcula, que entrometieron en una obra de arte las pezu?as de sus tijeras y, en nombre de una canalla idea de su negocio, echaron a la basura 35 minutos -casi media pel¨ªcula de duraci¨®n convencional- esenciales en la composici¨®n, de gran formato sinf¨®nico, del filme.
La duraci¨®n de Lawrence de Arabia era inicialmente de 3 horas y 42 minutos, pero en las semanas que siguieron a su estreno fue achic¨¢ndose hasta quedar reducida a 3 horas y 17 minutos. La pel¨ªcula mutilada que vimos era atractiva, pero sorprend¨ªa percibir tantas cojeras de ritmo en una pel¨ªcula de Lean, que med¨ªa las cadencias de las escenas y su conexi¨®n secuencial con exquisitez. Algunas escenas fueron arrancadas de cuajo y otras aligeradas hasta la indecencia. El conjunto de im¨¢genes que qued¨® despu¨¦s de perpetrado aquel detestable peinado no dejaba a primera vista percibir la magnitud de la fechor¨ªa, pero una segunda visi¨®n de la pel¨ªcula la hac¨ªa evidente, pues globalmente dejaba un poso de inacabamiento impensable en Lean, que nunca dej¨® en su obra un cabo suelto.
En 1989, Robert Harris y Jim Painten dieron fin a una larga y minuciosa restauraci¨®n del filme, que fue recuperado en el Festival de Cannes de aquel mismo a?o. No pudo orientarlos en su trabajo la memoria viva de Lean, que ya hab¨ªa muerto, pero infinidad de anotaciones dejadas por el cineasta durante los meses que pas¨® ante la moviola y los talonamientos que quedaron en los copiones de montaje les permitieron aproximarse mucho a la versi¨®n ¨ªntegra de esta cima del cine moderno. Que esta aproximaci¨®n es real es algo que se percibe en el hecho de que el filme restaurado acaba con aquellas aludidas arritmias, lo que hace a esta obra, as¨ª recuperada, de visi¨®n Indispensable tanto para quienes la desconocen como para quienes la vieron (a medias, descabalada y prfanada) en su tiempo.
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