Milosevic intenta averiguar si los serbios dispuestos a luchar por Kosovo
La pregunta que muchos se hacen en Belgrado es si vale la pena luchar por Kosovo. Serbia es hoy una sociedad enferma que ha perdido dos guerras -en Croacia y Bosnia-, que ha visto c¨®mo se desplomaban todos los sue?os de grandeza prometidos durante a?os por su ¨²nico jefe, cuyos ciudadanos no cobran sus sueldos o se van con las manos vac¨ªas cuando acuden al banco a retirar dinero de sus cuentas, porque las cajas tienen telara?as. De la respuesta a la pregunta depende en parte la actitud del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, ante las reivindicaciones independentistas de la mayor¨ªa albanesa de la provincia m¨¢s pobre de Serbia.
ENVIADO ESPECIALEn Belgrado, pol¨ªticos de alguna relevancia y quienes bucean en los entresijos del poder consideran que la ¨²nica salida para Milosevie es una larga, escarpada y dolorosa negociaci¨®n cuyo final depender¨¢ en gran medida de la carne que las potencias occidentales, b¨¢sicamente EE UU, pongan en el asador. "Milosevic casi ha conseguido homogeneizar a los serbios en el sentido de que Kosovo debe ser defendido por todos los medio. Ahora tiene un problema: enfriar lo que ha calentado", asegura Miomir Brkic, ex director del peri¨®dico independiente Nasa Borba, uno de los cinco a los que persigue judicialmente el poder por no dar su brazo a torcer en la narraci¨®n de la reciente represi¨®n en Kosovo.La cuesti¨®n de Kosovo y el alejamiento de Montenegro de la ¨®rbita de Belgrado son los dos episodios pendientes de la voladura en pedazos de la antigua Yugoslavia. Y muchos serbios se temen lo peor: que Serbla acabe amputada no s¨®lo de la min¨²scula rep¨²blica adri¨¢tica a la que est¨¢ federada, sino tambi¨¦n de su regi¨®n sure?a en la que los oprimidos albaneses reclaman la independencia para obtener una autonom¨ªatrampol¨ªn desde la que hacer en su momento el salto definitivo."Milosevic, al final, lo aceptar¨¢ todo, pero antes tiene que preparar a quienes ha estado inflamando durante a?os", asegura Bratislav Grubacic, editor del m¨¢s respetado bolet¨ªn confidencial de Belgrado.
Presi¨®n propagand¨ªstica
El desconocimiento de la realidad cotidiana de Kosovo, su manipulaci¨®n propagand¨ªstica, es ejemplar en un pa¨ªs donde la oposici¨®n pol¨ªtica es una macedonia de intereses personales, donde la informaci¨®n masiva est¨¢ monopolizada por el poder y donde todo el poder reside en una persona. De manera que los serbios que perciben el mundo a trav¨¦s de su televisi¨®n oficial -la gran mayor¨ªa- se acostaron una semana considerando que Kosovo era el seguro y lejano bantust¨¢n de siempre y se despertaron a la siguiente al son de tambores de guerra. "El r¨¦gimen quiere hacer de Kosovo una cuesti¨®n legal, m¨¢s que pol¨ªtica, pero en Serbia, un Estado ajeno al imperio de la ley, no se dan las condiciones que permitan resolver el problema. Sin independencia judicial, sin prensa democr¨¢tica, cualquier acuerdo ser¨¢ provisional y acabar¨¢ en una nueva crisis" asegura Zoran Djindjic, jefe del Partido Democr¨¢tico, uno de los que form¨® la coalici¨®n opositora Unidos, de vida breve.Djindjic, un ultranacionalista converso convencido de que Kosovo no es sino un eslab¨®n m¨¢s en un proceso de desintegraci¨®n, cree que la permanencia de Milosevic en el poder acabar¨¢ conduciendo en poco tiempo a la independencia de los albaneses. Entretanto, dice, firmar¨¢ un papel que otorgue autonom¨ªa a los kosovares y seguir¨¢ violando los derechos humanos. "Occidente debe presionar para que se respeten primero los derechos civiles y pol¨ªticos en Serbia, que no est¨¢n garantizados hoy. S¨®lo despu¨¦s ser¨¢ posible llegar a una soluci¨®n satisfactoria en Kosovo".
Excepto el partido fascista de Vojislav Seselj, el segundo del Parlamento tras las ¨²ltimas elecciones, las dem¨¢s formaciones de alguna entidad son partidarias de un di¨¢logo inmediato que conduzca a la autonom¨ªa albanesa. Incluso el Movimiento Serbio de Renovaci¨®n (SPO), del vol¨¢til Vuk Draskovic, hasta la semana pasada el favorito para aliarse con los ex comunistas de Milosevic en un nuevo gobierno. Los socialistas gobernantes, que con distintos nombres suman cincuenta a?os en el poder, sugieren ahora que pueden aliarse con los radicales de Seselj. Serbia lleva seis meses sin Gobierno, dirigida por decreto, desde las elecciones generales de septiembre.
Autonom¨ªa, no independencia
Draskovic, un nacionalista cuya mayor virtud no es la constancia de su ideario, descarta la independencia de Kosovo -"la cuna de nuestra identidad cultural y nacional"- y asegura sin ninguna convicci¨®n que muchos serbios estar¨ªan dispuestos a morir por la causa. El jefe del SPO, que ha cambiado su aspecto de profeta b¨ªblico por el de ejecutivo, tiene muy clara la receta para pacificar la regi¨®n: el mayor nivel de autonom¨ªa en todos los escalones, municipal y regional, y plena participaci¨®n en las instituciones estatales y federales. "Yo, si fuera Milosevic, me ir¨ªa a Pristina a tomar un caf¨¦ con Rugova [el principal l¨ªder de los albaneses] y a explicarle esto".Pese al veto de Belgrado a la mediaci¨®n internacional (l¨¦ase Felipe Gonz¨¢lez), condici¨®n indispensable seg¨²n los kosovares, Milosevic e Ibrahim Rugova, ¨¦ste ayudado por Washington, preparan ya sus equipos negociadores, y el esperado acuerdo sobre reintegraci¨®n de los estudiantes albaneses a las instalaciones estatales serbias podr¨ªa ser firmado el lunes. El presidente yugoslavo ha nombrado para dirigir el proceso a uno de los pocos amigos personales que se le conocen, VIadan Kutlesic, profesor de Derecho y fervoroso apparatchik, un halc¨®n amigo de Mirjana Markovic, mujer de Milosevic y la otra mitad del poder.
"Diga lo que quiera Milosevic sobre Kosovo como asunto interno, lamediaci¨®n internacional ha comenzado ya. ?O qu¨¦ es, si no, el enviado estadounidense Robert Gelbard yendo y viniendo entre Belgrado, Pristina y Washington?", se?ala Bratislav Grubacic, para quien unos y otros se conformar¨¢n con una soluci¨®n provisional, que satisfaga moment¨¢neamente a los dirigentes albaneses y ahuyente el temor de Washington a la desestabilizaci¨®n de los Balcanes y el cambio de fronteras.
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