La alianza infame
EL TERREMOTO pol¨ªtico que algunos esperaban en Francia el pasado domingo con motivo de las elecciones regionales y cantonales se ha producido este viernes pasado, cuando varios consejos regionales eligieron a sus presidentes gracias a la alianza infame de los votos de la derecha democr¨¢tica con los del extremista Frente Nacional (FN), desoyendo las advertencias de los principales responsables conservadores, empezando por el propio presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac. Las elecciones del domingo ni hab¨ªan premiado a la izquierda en el poder ni hab¨ªan hundido a la derecha -RPR y UDF- en la oposici¨®n, pero proporcionaron un 15% de votos al FN, que se convirti¨® en ¨¢rbitro de la elecci¨®n de los presidentes de nueve de las 26 regiones.Esta alianza con los antidem¨®cratas no es totalmente ins¨®lita. Pero nunca hab¨ªan sucumbido en masa los pol¨ªticos de la derecha a la invitaci¨®n envenenada de un partido antisistema como el FN; se puede considerar que uno de los dos componentes de la derecha democr¨¢tica, la coalici¨®n UDF, ha pasado a mejor vida pol¨ªtica tras sufrir el abrazo del oso fascista, mientras que los gaullistas del RPR, aunque han resistido mejor a los cantos de las sirenas pardas, quedan en posici¨®n muy dif¨ªcil para mantenerse como partido hegem¨®nico del espectro conservador. Es una novedad inquietante en la historia francesa desde la desaparici¨®n del r¨¦gimen colaboracionista de Vichy; sus herederos nunca hab¨ªan podido franquear las puertas de la honorabilidad pol¨ªtica y menos todav¨ªa actuar de ¨¢rbitros de la derecha.
Los consejos regionales cuentan ya con una nueva mayor¨ªa parlamentaria, alternativa a la mayor¨ªa de la Asamblea Nacional, la izquierda plural en la que se apoya el Gobierno del socialista Lionel Jospin. No es la escasa relevancia pol¨ªtica de los consejos regionales lo que proporciona tintes de gravedad a la continuidad de los barones de la derecha en sus feudos provinciales, sino el cambio de composici¨®n de su mayor¨ªa. La nueva mayor¨ªa regional cuenta con el partido m¨¢s peligroso de Europa occidental, una formaci¨®n racista y antisemita, heredera orgullosa de los fascismos que ensangrentaron Europa y enemiga declarada de la Uni¨®n Europea.
El pretexto para aceptar los votos lepenistas es claro: consideran m¨¢s relevante cerrar el paso a la izquierda que la naturaleza de los votos que necesitan. Sus m¨®viles son menos confesables: se trata de la supervivencia pol¨ªtica de decenas de personalidades regionales y locales que no desean ceder sus poltronas. El FN dice que lucha contra la politiquer¨ªa, pero su alianza es el resultado de id¨¦ntica politiquer¨ªa: al oportunismo del programa m¨ªnimo que ha ofrecido a toda prisa para ver aceptados sus votos se suma el oportunismo de los pol¨ªticos que s¨®lo viven para su permanencia en el poder.
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