Un 'victorino' abre la puerta grande a Caballero

Portero se llamaba el bravo toro de Victorino que abri¨® la puerta grande a Manuel Caballero. Fue una corrida bien presentada, donde se aplaudieron en el arrastre dos toros y se dio la vuelta al ruedo de, a otro, que fue un gran toro.El vitorino ya se arranc¨® con alegr¨ªa al caballo, que montaba el piquero Mart¨ªn Olmo. ?ste tore¨® tambi¨¦n desde all¨¢ arriba y tras un par de puyazos y se march¨® en medio. de una gran ovaci¨®n. Luego se hizo un silencio expectante entre el que instrument¨® Caballero los muletazos de tanteo. Luego con la derecha fue ligando y aguantando la codicia del toro, que se revolv¨ªa. Se ech¨® la muleta a la zurda y seguro, mand¨®n, lig¨® espl¨¦ndidos naturales. Mostr¨¢ndole el pecho, ligando los pases y d¨¢ndole en cada muletazo la ca dencia que requer¨ªa el animal, Caballero construy¨® una faena que termin¨® poniendo de pie al p¨²blico tras un desplante.

Tambi¨¦n Luis Francisco Espl¨¢ toc¨® pelo. Estuvo como siempre en gran lidiador. Con el que abr¨ªa plaza clav¨® banderillas con maestr¨ªa y facilidad reunido y metiendo bien las manos. Con la muleta inici¨® la faena con la derecha dej¨¢ndosela siempre en la cara, que el encastado animal tomaba humillando. Tambi¨¦n luci¨® en naturales para obtener un premio al matar de un pinchazo sin soltar y medio estocada que dio con el Victorino en el albero tras, un golpe de verduguillo. Aplaudido el toro en el arrastre, Espl¨¢ pase¨® su oreja.

El torero ma?o El Tato no pudo conseguir en esta corrida que cerraba la feria el ¨¦xito alcanzado el pasado a?o, precisamente con el mismo hierro y que le vali¨® ser el triunfador de la Magdalena del 97. Pero El Tato estuvo con el pundonor que le caracteriza. En su primero, tambi¨¦n un buen toro, con la izquierda consigui¨® largos naturales en una faena donde siempre estuvo por encima del animal, al que fue llev¨¢ndoselo hasta la cintura. Abroch¨® las tandas con hondos pases de pecho y dejando claro que siempre estaba por encima de un toro con las complicaciones de los saltillos, que se revuelven con agilidad. Fue con los aceros con los que perdi¨® El Tato los trofeos. Con el que cerraba plaza poco pudo hacer.