INQUILINOS EN EL ACUEDUCTO

Los romanos concibieron el acueducto de Segovia, hace casi 2.000 a?os, como una gran obra hidr¨¢ulica para conducir el agua a la parte alta de la ciudad, pero no se pod¨ªan imaginar que tambi¨¦n pudiera llegar a contar alg¨²n d¨ªa con inquilinos,como es el caso de una pareja de cig¨¹e?as que intenta construir un nido sobre el canal, en parte m¨¢s alta de este monumento,declarado por la Unesco como patrimonio de la humanidad. El equipo de t¨¦cnicos encargado de las obras de consolidaci¨®n, que dirige el arquitecto Francisco Jurado, anda estos d¨ªas jugando al rat¨®n y al gato con las zancudas, pues mientras que ¨¦stas van trasladando materiales para hacer su nido, que podr¨ªa llegar a pesar cerca de media tonelada, los obreros se los retiran inmediatamente, con el fin de disuadirlas y que opten por buscar otro Iugar. Entre otros motivos, porque las ramas y objetos varios con los que las cig¨¹e?as construyen su aposento impedir¨¢n que discurra el agua sobre la parte superior del puente,actividad que se pretende recuperar ahora,al menos de manera ornamental. Peor suerte han corrido otras compa?eras de las inquilinas del acueducto, las que se albergaban en la espada?a del convento de San Antonio el Real, que de la noche a la ma?ana se han encontrado con su nido envuelto entre andamios, mientras que sus huevos han sido trasladados para ser incubados a un centro de recuperaci¨®n de aves- ,