?Para qu¨¦ ha servido el proceso?
?Un proceso para qu¨¦? Eso deben preguntarse muchos franceses al descubrir que un sumario que ha necesitado 15 a?os de instrucci¨®n, creado un monstruo de 50.000 p¨¢ginas en 40 tomos y exigido seis meses de proceso con 133 testigos, desemboca en la extra?a categor¨ªa de "crimen contra la humanidad versi¨®n despacho"Sin duda la opini¨®n p¨²blica ha aprendido mucho sobre Vichy, la Resistencia y el gaullismo, pero no faltan quienes consideran in¨²til ese saber. Las encuestas permiten asegurar uno y su contrario. Una de ellas afirmaba que "para un 52% de los franceses el proceso Papon no ha servido de nada", pero seg¨²n otra, un 62% de los ciudadanos estaba "convencido de que servir¨ªa para que la historia no se repitiese".
Para el abogado Henri Leclerc es importante poner de relieve que "la sentencia cuestiona la obediencia a una ley injusta". El letrado cree que el proceso instaura "el deber de desobediencia porque los tiranos no podr¨ªan actuar, sino fuese porque cuentan con la ayuda de los intermediarios, de los cuadros, de los funcionarios". Para el fil¨®sofo Alain Finkielkraut ese "deber de desobediencia" s¨®lo tiene sentido cuando la obediencia est¨¢ muy cargada de significaci¨®n". Para ¨¦l, lo ¨²nico en verdad positivo del proceso se sit¨²a en la esfera individual: "un cierto n¨²mero de v¨ªctimas o de sus hijos han obtenido el derecho a esa reparaci¨®n que constituye el simple hecho de poder hablar ante toda la comunidad nacional".
Sin duda los seis meses de debates -y de atenci¨®n continuada por parte de los medios de comunicaci¨®n- han revelado hasta qu¨¦ punto el gaullismo tuvo que cerrar los ojos y taparse la nariz a la hora de rehabilitar como resistentes a muchos funcionarios de Vichy. Es injusto reproch¨¢rselo, a no ser que se olvide el contexto hist¨®rico y se estime que hubiera sido mejor una administraci¨®n comunista o un periodo de protectorado estadounidense. Durante esos seis meses tambi¨¦n se ha comprobado de nuevo que la Resistencia mostr¨® muy escasa sensibilidad hacia el problema jud¨ªo. El antisemitismo ten¨ªa y tiene muchos partidarios.
La acusaci¨®n cree muy positivo que se reconozca a trav¨¦s de la sentencia lo que ella bautiza como "crimen de despacho". Si el invento cuajase y alguien se empe?ase en exportarlo, un gran n¨²mero de antiguos funcionarios de los pa¨ªses del Este -o del franquismo- tendr¨ªa por qu¨¦ inquietarse. No hay motivo. Jean-Marc Varaut, el principal defensor de Maurice Papon, ha dicho que presentar¨¢ recurso ante el tribunal competente por "defecto de forma". Tiene casi todas las posibilidades de ser escuchado. En la medida en que se admite que Papon "no conoc¨ªa el plan organizado por los nazis para la exterminaci¨®n de los jud¨ªos", en la medida en que se le condena por complicidad en "detenci¨®n y secuestro" pero no por "complicidad en asesinato", en la medida en que sus delitos no constituyen un "crimen contra la humanidad", es l¨®gico pensar que Varaut lograr¨¢ que se admita que lo sucedido en 1942 ha prescrito.
Si durante a?os Papon minti¨® sobre su pasado y obtuvo de De Gaulle, Giscard o Mitterrand una cierta complicidad en sus ocultamientos, no era eso lo que se juzgaba en Burdeos. El ¨²nico delito que no prescribe, el crimen contra la humanidad, la participaci¨®n voluntaria en un delito de genocidio, era lo que ten¨ªan que probar los acusadores. Varaut hab¨ªa dicho que "declarar inocente a Papon no equivale a declarar inocente a Vichy".
El jurado popular se ha quedado a mitad de camino, ha visto que no pod¨ªa convertir a Papon ni en una gran figura de Vichy ni en la banalizaci¨®n del mal. Ha preferido seguir viendo en ¨¦l una encarnaci¨®n menor del r¨¦gimen colaboracionista. El jurado no ha querido romper con el mito pero se dir¨ªa que tampoco ha asumido una realidad indiscutible: la de que todo llega demasiado tarde, que con los a?os el "deber de memoria" puede transformarse en derecho al olvido, no en vano el local hoy m¨¢s concurrido del barrio jud¨ªo de Par¨ªs lleva por nombre Amn¨¦sie.
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