Vivir para ver
A FRANCISCO AYALA (homenaje en Sevilla esta semana) le han permitido su salud, su inteligencia, su talento de escritor, su integridad sin tacha, vivir para ver. Sigue intacta esa mirada p¨ªcara que observa y no se enga?a. El humor no le falta a Ayala: dice que sigue vivo porque no ha hecho gimnasia. Los que no dejan de correr -abundan- se pierden el paisaje; Ayala, no. Lo confirman sus Recuerdos y olvidos (Alianza Editorial).LA IZQUIERDA QUE VIENE. Hay quienes aspiran m¨¢s que a una izquierda unida a una izquierda ¨²nica y me parece a m¨ª que cualquier fusi¨®n que niegue el pluralismo de la izquierda es aberrante. V¨¦ase si no lo que sucede con la derecha. Los franceses pueden salir a la calle a gritar contra la extr¨ºme droit porque la tienen localizada, mientras el Le Pen de aqu¨ª se oculta en la derecha ¨²nica. Es mejor saber d¨®nde se est¨¢ cada cual, por supuesto. Y en eso nos mostr¨¢bamos de acuerdo Julia Navarro y yo al hablar del libro que ha hecho -coral, lleno de participaciones de intelectuales varioscon el periodista Raimundo Castro. Se titula La izquierda que viene (Espasa) y recopila contradicciones, esperanzas, frustraciones y alegatos.
LA IZQUIERDA QUE SE VA. No s¨¦ qu¨¦ es lo que recopila Felipe Gonz¨¢lez en esos montones de folios que al decir de la revista Qu¨¦ Leer anda soltando a un periodista amigo. Mientras avanza enigmas en los m¨ªtines pone a salvo el bot¨ªn de su memoria.
LIBROS EN EL ARCA. El lector espa?ol ha madurado y elige lo que le conviene, no lo que le dicen. Margarita Riv¨ª¨¨re llegaba a esa conclusi¨®n en Barcelona el mismo d¨ªa que yo en Castell¨®n, en la ¨ªnauguraci¨®n de un nuevo espacio para la cultura y el libro que se llama Babel. Ella presentaba su nuevo libro, Cr¨®nicas virtuales (Anagrama), en el que la lucidez de esta mujer, que entrevera su periodismo siempre de reflexi¨®n original, vuelve a d¨¢rsenos. Se quejaba, con raz¨®n, de que el libro haya sido desplazado de su utilidad de origen y ocupado por los m¨¢s estramb¨®ticos personajes de esta sociedad virtual tan cutre. Pero celebraba que las cosas vayan recuperando su lugar gracias a esa capacidad de elecci¨®n del lector. Yo vindicaba la figura del librero que no ha dejado de desempe?ar ese papel de consejero c¨®rnpl¨ªce y de intermediario entre el lector y el libro. La producci¨®n masiva de obras y los reducidos espacios de las librer¨ªas hacen que cualquier libro se juegue su lugar en la pri mera semana de venta, como un producto de temprana capacidad, y desaparezca del expositor si. el lector y el librero no han estado atentos con premura. Se explica as¨ª que una novela tan singular como Bella en las tinieblas (Alfaguara), de Manuel de Lope, haya tenido dificultades para ser encontrada cuando tard¨ªamente fue descubierta. Hay que celebrar que el espacio de los libros se ampl¨ªe, pero sin perder la intimidad de os viejos cen¨¢culos de nuestros buenos imigos los libreros.
CON EL 9 DELANTE. Hubo un tiempo en que poseer tel¨¦fono era un lujo: los que menos tienen acceden a la comodidad cuando los ricos deciden ampliar su negocio. Podr¨ªa desprenderse de esto que el mercado democratiza mucho, si no fuera que al que vende lo ¨²nico que le interesa es tener clientes y no la sociedad del bienestar. Adem¨¢s, ¨¦ste del tel¨¦fono era un negocio de todos hasta que pas¨® a ser privado. Bien es verdad que sigue siendo de alguna manera p¨²blico, al menos hasta que Aznar deje de tener al frente de la empresa a un amigo suyo y abandonen la inversi¨®n en intereses de propaganda del Gobierno siguiendo sus consignas. Yo no s¨¦ si intervienen en otras cosas ajenas al tel¨¦fono porque est¨¢n que se salen de ganancias y la televisi¨®n es buen negocio, o porque quieren salvarnos por medio de la pantalla, reparando as¨ª el expolio. Lo cierto es que hay noches todav¨ªa en que puedes quedar totalmente aislado por aver¨ªa y la telef¨®nica no da se?ales de vida, de lo cual se deduce que el zapatero a tus zapatos -ahora que en el Gobierno apelan a refranes y a proverbios con frecuencia- sigue vigente para quien sin tener la casa en orden, como es el caso de Villalonga, anda por el mundo como orondo se?or de las finanzas y experto en tecnolog¨ªa. A partir de ayer, por mandato europeo, nos dan un trabajo m¨¢s: marcar nueve n¨²meros. Los de las provincias de segundo y tercer orden hemos aspirado s¨ªempre a tener siete, era un signo de prosperidad para el lugar; ahora, con nueve, todos iguales. Antes, al fin y al cabo, te daban n¨²meros porque hab¨ªas crecido. Sin embargo, ahora, no hay premio que valga.
P. D. Que Anguita diga que se siente tan lejos del PSOE como del PP es un particular intento de ascender a los cielos. Debi¨® de jugar de peque?o a Superm¨¢n y de mayor a santa Teresa y se perdi¨® Bernini los arrebatos de este modelo ¨²nico. Un vano intento de desprendimiento de la tierra, negado por los hechos terrenales m¨¢s prosaicos.
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