Asesinado a tiros en Colombia un activista de los derechos humanos
Uno a uno est¨¢n siendo asesinados en Colombia los defensores de la vida. El s¨¢bado por la tarde, en su oficina de un barrio residencial de Bogot¨¢, le toc¨® al abogado Eduardo Uma?a Mendoza, un hombre de 50 a?os que representaba en este pa¨ªs la m¨¢xima expresi¨®n de la defensa de los derechos humanos. Le mataron como se mata en Colombia: f¨¢cilmente. Dos hombres y una mujer, que se presentaron como periodistas, entraron en su oficina, encerraron en el servicio a la secretaria, se introdujeron en el despacho del jurista y le dispararon -usando silenciador- tres tiros en la cabeza.Como ocurre siempre en estos casos, el Gobierno prometi¨® una investigaci¨®n exhaustiva y ofreci¨® tambi¨¦n una recompensa de 40.000 d¨®lares (unos seis millones de pesetas) para quien d¨¦ pistas sobre el paradero de los asesinos. Nadie cree en la efectividad de lo uno ni de lo otro. En un largo comunicado, 15 ONG dedicadas a la defensa de los derechos humanos culpan al Estado del crimen. "Eduardo siempre luch¨® contra el Estado que se sustenta en la ignonimia, la guerra sucia, el terror, el hambre, la pobreza, la corrupci¨®n y la exclusi¨®n de las grandes mayor¨ªas. Ese, y s¨®lo ese Estado es el responsable de su muerte, as¨ª como de la de innumerables luchadores populares".
El jueves, tambi¨¦n f¨¢cilmente, fue asesinada la ex militante del Partido Comunista Mar¨ªa Arango en su casa de las afueras de Bogot¨¢. "Lo grave es el clima generalizado de intolerancia que favorece estos cr¨ªmenes", dijo a este peri¨®dico Jaime Prieto, del Comit¨¦ de Solidaridad con los Presos Pol¨ªticos y uno de los firmantes del comunicado. En los ¨²ltimos dos a?os han sido asesinados en Colombia 21 luchadores por la vida.
Casos de desaparecidos
Desde 1975, en que obtuvo su t¨ªtulo de abogado, Uma?a jam¨¢s manej¨® un caso f¨¢cil. Acompa?¨® a madres e hijos en la interminable b¨²squeda de huellas de sus familiares desaparecidos, defendi¨® a sindicalistas y presos pol¨ªticos, colabor¨® en procesos de paz con grupos guerrilleros y atac¨® a la justicia sin rostro, a la que calific¨® como instrumento de persecuci¨®n pol¨ªtica. Actualmente, entre otros, representaba a los familiares de las personas que desaparecieron tras la toma del Palacio de Justicia por el grupo guerrillero M-19 en noviembre de 1985. Estaba empe?ado en saber la verdad.Despu¨¦s de 13 a?os logr¨® que se aprobara la exhumaci¨®n de los cad¨¢veres de una fosa com¨²n donde supuestamente estaban algunas de estas personas desaparecidas. "Hay mucha gente interesada en impedir este proceso", repiti¨® muchas veces Uma?a. Hab¨ªa aceptado tambi¨¦n constituirse en parte civil de la reapertura del proceso por el asesinato del caudillo liberal Jorge Elieser Gait¨¢n, ocurrido, hace 50 a?os. En sus ¨²ltimos d¨ªas cont¨® muchas veces que exist¨ªan pruebas que implicaban en este magnicidio a personajes muy importantes a¨²n vivos.
Uma?a jam¨¢s acept¨® guardaespaldas ni medidas de seguridad, "eso no es vida", dec¨ªa.
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