La primera prueba de Helmut Kohl
Duro examen para el canciller ma?ana en una Sajonia-Anhalt en plena crisis
"?Capitalismo puro!". Esta expresi¨®n rotunda aflora a los labios de uno de los maduros guardianes de la empresa SKET de Magdeburgo, para explicar la desolaci¨®n del paisaje que nos rodea: kilom¨¦tricos muros de ladrillo rojizo, fantasmag¨®ricos talleres y despobladas naves industriales, que se prolongan hasta las orillas del r¨ªo Elba. Son las ruinas de la extinta Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), que se repiten, casi id¨¦nticas, en otras ciudades del este de Alemania. La SKET era una empresa bandera que exportaba potentes gr¨²as y apisonadoras a la URSS y a los pa¨ªses del Este. Su agon¨ªa ha sido lenta. Los responsables afirman que fue inevitable, aunque entre los afectados hay quien cree que fue premeditada para evitar la competencia con las empresas de lo que era la Alemania occidental. En poco tiempo, la plantilla de la SKET ha pasado de 13.000 obreros a 500, y en lugar del enorme y aut¨¢rquico combinado de anta?o han surgido cinco firmas, privatizadas mayoritariamente por empresarios wessis (occidentales).
Las regiones que hoy forman el land de Sajonia-Anhalt, las m¨¢s industrializadas de la RDA, son hoy las que m¨¢s se resienten del paro (un 22,6%), que es de un 20,6% en el Este del pa¨ªs. Como peque?as islas en un oc¨¦ano, en los enormes espacios vac¨ªos del barrio industrial de Buckau de Magdeburgo se instalan hoy los negocios del futuro: talleres de molinos de viento, de reciclado de papel y empresas de procesamiento de datos. Su presencia, sin embargo, no llena las superficies industriales arrasadas y asilvestradas, y sus plantillas tampoco son una alternativa al paro.
En Sajonia-Anhalt, la patria de Lutero, se celebran ma?ana unas importantes elecciones regionales, que indicar¨¢n cu¨¢l es el capital de Helmut Kohl en la ex RDA casi ocho a?os despu¨¦s de la unificaci¨®n. Las enormes inversiones federales, que han permitido crear infraestructuras muy avanzadas en campos como las telecomunicaciones, no se han traducido a¨²n en el esperado boom. El crecimiento econ¨®mico de Sajonia-Anhalt es pr¨¢cticamente nulo.
Al frente de Sajonia-Anhalt hay un Gobierno de coalici¨®n entre el Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD), que obtuvo el 34% de los votos en 1994, y Los Verdes, que obtuvieron el 5,1%. El Gobierno se basa en la "tolerancia" del PDS (Partido del Socialismo Democr¨¢tico, heredero del SED el viejo partido comunista de la RDA), que logr¨® el 19,9%. La Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU), respaldada hoy por el 34,4% de los votos en 1994, sacar¨¢ ahora un 25%, seg¨²n las encuestas.
Petra Sitte, la economista de 37 a?os que encabeza la lista del PDS, espera que su partido logre un 16% por lo menos. Sitte analiza positivamente la colaboraci¨®n con el SPD, al que las encuestas llegan a pronosticar un 47%. Lo m¨¢s conflictivo en las relaciones entre el SPD y el PDS, dice, ha sido repartir los escasos medios financieros disponibles a los ayuntamientos del land. En opini¨®n de Sitte, al SPD le gusta controlar la distrIbu ci¨®n de los recursos en detrimento de la autogesti¨®n local.
El PDS es fuerte en la ex RDA, pero incluso aqu¨ª hay una erosi¨®n de imagen. Cuando hay una c¨¢mara de televisi¨®n detr¨¢s, comenta Sitte, sus conciudadanos temen ser vistos aceptando propaganda electoral del PDS. Sin c¨¢mara, la relaci¨®n es mucho m¨¢s normal, se?ala. Con la CDU al acecho para denunciar cualquier alianza con los calcetines rojos (colaboraci¨®n entre el SPD y el PDS), los socialdem¨®cratas guardan las distancias formales. El objetivo del PDS en el Este, seg¨²n Sitte, no es quitar votos por la izquierda al SPD ya que los votantes socialdem¨®cratas de la ex RDA proceden de una cultura pol¨ªtica distinta a la del PDS-, sino apelar a los desencantados que se abstienen de votar. Para ello, el PDS trata de realizar una pol¨ªtica pragm¨¢tica. En el presupuesto regional para 1998, el PDS ha logrado crear un fondo de 40 millones de marcos (m¨¢s de 3.000 millones de pesetas) para empresarios con dificulta des para establecerse, ya que en el Este los bancos son reacios a arriesgar capital en nuevas iniciativas y exigen m¨¢s avales que en el Oeste. Sitte denuncia quiebras fraudulentas de empresas de la ex RDA organizadas por sus competidores occidentales y el cobro de subvenciones especiales para el Este para pedidos que se realizaban en las zonas occidentales del pa¨ªs.
El jefe del Gobierno de Sajonia-Anhalt, Reinhard H?ppner, un matem¨¢tico de 50 a?os oriundo del land, tiene una buena imagen. Seg¨²n los sondeos, votado individualmente, el pol¨ªtico, que fue vicepresidente de la ¨²ltima Asamblea Popular de la RDA, obtendr¨ªa un 51% de los votos. H?ppner tiene un lenguaje espont¨¢neo, sin las f¨®rmulas manidas de los pol¨ªticos wessis.
En los muros de Magdeburgo, los partidos cuelgan sus carteles. Entre ellos est¨¢n los de los derechistas de la Deutsche Volksunion. Su profusi¨®n sorprende y preocupa. Los derechistas no han estado representados hasta ahora en el Parlamento regional, pero el paro es un buen caldo de cultivo para ello.
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