El Ej¨¦rcito atac¨® a la guerrilla durante la liberaci¨®n de rehenes en Colombia

Parad¨®jico: el momento m¨¢s duro que afrontaron Peter Chen y Todd Marks, en poder de la guerrilla colombiana de las FARC durante 33 d¨ªas, fue cuando caminaban en libertad para reunirse con delegados de la Cruz Roja. Estos dos norteamericanos -¨²ltimos de los cuatro que retuvo la guerrilla y que amenaz¨® con ejecutar de confirmarse que eran esp¨ªas - fueron entregados el s¨¢bado a un grupo de periodistas en un caser¨ªo de las monta?as del Oriente de la provincia de Cundinamarca, al sur de Bogot¨¢.

Ven¨ªan contando a la prensa su dura experiencia. El estallido de tres morteros, muy cerca del sendero por el que caminaban, les oblig¨® a refugiarse entre los matorrales. Aunque la televisi¨®n registr¨® muy cerca el ruido de la guerra, el Ej¨¦rcito dijo que los operativos contra el frente insurgente que ten¨ªa en su poder a los norteamericanos se realiz¨® a seis kil¨®metros del lugar y que los liberados y los periodistas jam¨¢s estuvieron en peligro. El secuestro de los cuatro norteamericanos gener¨® un fuerte rechazo internacional y aument¨® la tensi¨®n en las malogradas relaciones Colombia-Estados Unidos. Los cuatro, amantes de la naturaleza, hab¨ªan venido a este pa¨ªs a observar el vuelo de diferentes aves. El s¨¢bado Chen y Marks, de 35 y 32 a?os, respectivamente, con la barba crecida y agotados, confesaron que la guerrilla les trat¨® bien, pero condenaron el secuestro: ?El haber estado como rehenes es un crimen contra la humanidad, una violaci¨®n de los derechos humanos?. Louise Agustine, otra de sus compa?eras de cautiverio, fue liberada el viernes. El otro, Thomas Fiore, logr¨® escaparse. Chen y Marks contaron que despu¨¦s de esta fuga les esposaban todas las noches y que les advirtieron de que un intento de escapar equivaldr¨ªa a la muerte.

El presidente Ernesto Samper salud¨® como hecho positivo esta liberaci¨®n. Dijo que debe interpretarse ?como un principio de acatamiento al derecho internacional humanitario?. Una declaraci¨®n presidencial m¨¢s para un pa¨ªs hoy pesimista frente a la posibilidad de paz. Despu¨¦s del asesinato de dos activistas de derechos humanos, Mar¨ªa Arango y Eduardo Uma?a Mendoza, hace apenas 10 d¨ªas, se conocieron los nombres de 10 personas, entre ellas los directivos del Mandato por la Paz, un grupo civil que busca la reconciliaci¨®n con paramilitares e insurgencia, amenazados de muerte. Ante la presi¨®n internacional por estos hechos, el Gobierno se reuni¨® con 20 ONG y prometi¨® examinar los archivos secretos de las agencias de seguridad del Estado.