Nuevos aires chinos

MADELEINE ALBRIGHT, secretaria de Estado norteamericana, ha viajado a Pek¨ªn para preparar la visita de Bill Clinton el pr¨®ximo mes, devoluci¨®n de la que hizo el a?o pasado a Washington el l¨ªder chino, Jiang Zemin. Ser¨¢ la primera de un presidente de Estados Unidos desde los sangrientos sucesos de la plaza de Tiananmen en 1989. Las autoridades chinas han decidido que la bienvenida oficial tenga lugar en ese simb¨®lico lugar, en un claro gesto destinado a indicar su voluntad de dar carpetazo a aquel episodio. Albright ha reconocido los avances que China est¨¢ realizando en materia de derechos humanos y ha se?alado que su Gobierno est¨¢ dispuesto a suavizar las sanciones que rigen desde la tragedia de 1989 si ese enorme pa¨ªs prosigue en esa senda.La excarcelaci¨®n y expulsi¨®n a Estados Unidos de Wei Jingsheng, el pasado a?o, y hace unas semanas la de Wang Dan, el principal l¨ªder de la pac¨ªfica protesta estudiantil que degener¨® en la represi¨®n de Tiananmen, parece marcar una nueva pol¨ªtica china en relaci¨®n con sus presos pol¨ªticos. Hasta ahora, el Gobierno calificaba de injerencia que otros pa¨ªses se interesaran por los presos o denunciaran en los foros internacionales la precaria situaci¨®n de los derechos humanos.

Ahora se ha producido una evoluci¨®n hacia un pragmatismo m¨¢s inteligente. La liberaci¨®n del joven Wang ha sido aplaudida mundialmente. Es reconocida como una se?al positiva hacia el respeto de las libertades, al tiempo que permite a las autoridades chinas enviar al exilio exterior a voces inc¨®modas que con su permanencia en prisi¨®n ganan en prestigio moral entre sus compatriotas. No pocos de los que huyeron del pa¨ªs despu¨¦s de Tiananmen se sienten actualmente desorientados y confusos, y en algunos casos su estatura como disidentes ha bajado en picado.

La soluci¨®n al caso Wang Dan hab¨ªa sido negociada previamente con Estados Unidos, y es probable que antes de la visita de Clinton se produzcan m¨¢s excarcelaciones. Pek¨ªn ha logrado de ese modo que Washington no apoyara ante la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra una resoluci¨®n de condena a las violaciones cometidas en China. A cambio se le ha exigido que ratifique definitivamente el Convenio de Derechos Pol¨ªticos y Civiles de la ONU. Paralelamente, China conf¨ªa en que la visita de Clinton favorezca el levantamiento de sanciones y la renovaci¨®n por el Senado, un a?o m¨¢s, de la cl¨¢usula comercial de naci¨®n m¨¢s favorecida; tambi¨¦n, que contribuya a crear un clima mejor para atender su solicitud de ingreso en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Pero, por supuesto, la entrada en la OMC no se alcanza simplemente liberando disidentes, sino abriendo m¨¢s el mercado, como ha reiterado Albright a sus interlocutores chinos.

No cabe olvidar que Wang Dan ha sido expulsado de su pa¨ªs contra su propia voluntad. Wang ha recordado que la comunidad internacional cometer¨ªa un grave error si se olvida de la legi¨®n de personas que se hallan actualmente encarceladas en China o en centros de reeducaci¨®n simplemente por escribir una carta a sus gobernantes instando a una soluci¨®n pac¨ªfica al problema de la reunificaci¨®n con Taiwan. Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas oficiales -poco fiables e inferiores a las de las organizaciones humanitarias-, son 2.000 los presos pol¨ªticos y 230.000 los internados en campos de reorientaci¨®n en China. Los nuevos aires no llegan a¨²n a convertirse en un viento de cambio.