El Betis le agua la fiesta al Bar?a

El Betis le agu¨® la fiesta al bicampe¨®n en un partido al que el Bar?a acab¨® gir¨¢ndole la espalda por inoportuno y demasiado exigente para sus ya agotadas pilas. El equipo azulgrana ech¨® mano de su estilo m¨¢s marcial para vacunarse contra el veneno de un Betis muy aplicado en defensa y con cuatro puntas mortales de necesidad. No resisti¨® el entramado de Van Gaal m¨¢s all¨¢ de un periodo antes de sucumbir por su endeblez defensiva derivada en buena medida del absentismo de Ba¨ªa y el progresivo desmoronamiento de su centro del campo. El Betis sac¨® provecho de la poca consistencia del esquema azulgrana que ech¨® de menos la conducci¨®n de Celades, las apariciones de Luis Enrique y la seguridad de Hesp, entre otras cosas. Al Bar?a le vino anch¨ªsimo el partido y el Betis se fue recomponiendo hasta acabar teniendo a su merced un resultado que le propulsa a los puestos de honor. Los saques de esquina aliviaron el fragor de una batalla que discurri¨® entre el estilo excesivamente previsible del cuarteto ofensivo del Betis y la asepsia laboral del Bar?a en su vanguardia. Los dos equipos compartieron virtudes y defectos en sus l¨ªneas de contenci¨®n: marcajes individuales, muchas precauciones y Soloz¨¢bal, por detr¨¢s, y Amor, por delante, ejerciendo de barrenderos.Van Gaal prescindi¨® de varios titulares. Dej¨® en el banquillo a Hesp, Celades, Luis Enrique, Giovanni y Anderson. Estren¨® un centro del campo con Amor, Oscar y Roger, situ¨® a Ba¨ªa bajo los palos y a Pizzi en la punta del ataque. El Bar?a sac¨® r¨¦dito de los metros que dej¨® el Betis ante su muro de contenci¨®n. Poco sac¨® de los unos contra uno de Rivaldo con Otero, de Figo con Luis Fern¨¢ndez y mucho menos de Pizzi con Ol¨ªas y Soloz¨¢bal. En la movilidad de Figo que bascul¨® a menudo hacia atr¨¢s y hacia el centro y en las llegadas desde atr¨¢s de ?scar y Roger encontr¨® el Bar?a sus mejores recursos. Tuvo una mayor posesi¨®n del cuero pero le cost¨® superar ese ¨²ltimo muro de contenci¨®n b¨¦tico. Sus remates siempre fueron muy lejanos. Roger, Figo y ?scar, de cabeza tras una de las pocas jugadas trenzadas entre Rivaldo y Roger, gastaron la munici¨®n pero siempre con la mirilla telesc¨®pica. Esa fue la mejor virtud ayer del Betis. Su primer muro ante Prats estuvo a muchos metros de su porter¨ªa. El ¨²nico disparo a quemarropa fue gol. Lo engatill¨® Bogarde, a su estilo, de mala manera, trastabillando, poniendo una pierna, luego la otra. Pero estaba en el ¨¢rea chica y recib¨ªa un bal¨®n impulsado por Rivaldo directamente desde el punto de saque de esquina izquierdo que sobrepas¨® las pugnas establecidas en el primer palo, especialmente la de Soloz¨¢bal con Couto, y que le cay¨® al defensa holand¨¦s all¨ª donde ya ni por tiempo ni por espacio existe enmienda defensiva.

Amor desactiv¨® desde la l¨ªnea de medios la salida ofensiva de Alfonso y Oli, a los que cog¨ªan ya m¨¢s adelante Couto y Reiziger. Por las alas Finidi y Jarni enviaban sus caracter¨ªsticos centros cruzados. Ah¨ª encontraron el tal¨®n de Aquiles azulgrana. Se le atragantaba ese fuego cruzado a¨¦reo a V¨ªtor Ba¨ªa, falto de partidos y falto de la confianza perdida por sus lesiones constantes, aquella infausta noche ante el Dinamo de Kiev y el buen hacer de Hesp.

El saque de esquina desde la derecha en cuya ejecuci¨®n cay¨® lesionado Jarni al filo del descanso le dio ocasi¨®n a Alfonso de aprovechar el borr¨®n de V¨ªtor Ba¨ªa. El Betis acab¨® de asentar su juego y sobre todo le perdi¨® el respeto al campe¨®n. Van Gaal recurri¨® a Giovanni, que nada m¨¢s salir envi¨® un bal¨®n al palo tras un centro de Rivaldo. Pero a partir de ah¨ª el partido fue del Betis. Se adelant¨® en un tanto que dej¨® en evidencia a Ba¨ªa pero tambi¨¦n a los marcadores holandeses del Bar?a.

El Bar?a, pese a los cambios, ya no tuvo capacidad de respuesta. Meci¨® el bal¨®n cuando lo tuvo pero el Betis no pas¨® por situaciones de compromiso. El equipo b¨¦tico acab¨® aprovechando la voluntariedad inocua del Bar?a al que puso en evidencia en tres jugadas postreras que culmin¨® Finidi y que dejaron al Camp Nou bajo los efectos m¨¢s nocivos de la resaca.