La oposici¨®n acusa a Kohl de actuar con negligencia en la cumbre del euro

El canciller Helmut Kohl defendi¨® ayer apasionadamente las relaciones franco-alemanas en un pleno parlamentario que aprob¨® los resultados de la cumbre del euro de Bruselas con el voto de la coalici¨®n gubernamental (Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana o CDU, Uni¨®n Social-Cristiana o CSU y liberales del FDP), la abstenci¨®n de los socialdem¨®cratas (SPD) y el rechazo del PDS, los socialistas de la extinta Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Los socialdem¨®cratas llegaron a acusar a Kohl de ?burda negligencia? en la cumbre.

La C¨¢mara rechaz¨® ayer una resoluci¨®n sobre el deterioro de las relaciones franco-alemanas presentada por los Verdes, y otra del SPD en el que se criticaba el desarrollo de la cumbre.?No es cierto que las relaciones franco-alemanas est¨¦n da?adas, sino que se plantean nuevos problemas?, manifest¨® Kohl. El debate parlamentario se desarroll¨® en un clima preelectoral en el que se inscrib¨ªa tambi¨¦n la visita a las obras de la canciller¨ªa federal en Berl¨ªn, que ayer realiz¨® Gerhard Schr?der, el candidato socialdem¨®crata al puesto que ocupa Kohl. ?Me gusta mucho. Aunque todav¨ªa no est¨¢ decidido qui¨¦n se instalar¨¢ en esta bonita obra arquitect¨®nica?, dijo, refiri¨¦ndose a las nuevas dependencias del jefe del Ejecutivo.

Mientras tanto, una encuesta divulgada ayer por el semanario Monitor indicaba que ni los militantes de la CDU/CSU creen en el ¨¦xito electoral de Kohl despu¨¦s de las elecciones en el land de Sajonia-Anhalt, donde la CDU sufri¨® una estrepitosa derrota. El sondeo indicaba que s¨®lo el 36% cre¨ªa que las perspectivas electorales de la CDU/ CSU eran buenas, mientras un 62% las consideraba malas. En la lista de l¨ªderes favoritos, Kohl figuraba en tercer lugar, precedido de Wolfgang Schuble, el jefe del grupo parlamentaria, y Edmund Stoiber, el jefe de Gobierno de Baviera. S¨®lo el 40% de los interrogados cre¨ªan que Kohl ser¨¢ el pr¨®ximo canciller, mientras el 55% cre¨ªa que ser¨¢ Schr?der.

Tanto Rudolf Scharping, el jefe del grupo parlamentario del SPD, como el portavoz de los verdes, Joschka Fischer, un ardiente partidario de las relaciones franco-alemanas como base de la construcci¨®n europea, reprocharon a Kohl el no haber sabido evitar las confrontaciones personales en Bruselas. La portavoz de pol¨ªtica europea del SPD, Heide Wieczorek-Zeul, le reproch¨® incluso haber actuado con ?burda negligencia?.

Kohl reconoci¨® que las relaciones franco-alemanas hab¨ªan sido un proceso con dificultades en los que unas veces ced¨ªa una de las dos partes y otras veces la otra. Como ejemplos de intereses comunes Kohl mencion¨® la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea al Este, que tiene un significado especial para Alemania, y la uni¨®n de la industria aeroespacial europea.

Kohl rechaz¨® las responsabilidades sobre los conflictos en Bruselas, se?alando que la presidencia correspond¨ªa al brit¨¢nico Tony Blair. El canciller insisti¨® sobre las tradiciones diferentes del Estado centralizado franc¨¦s y el Estado federal alem¨¢n. El dirigente record¨® la solidaridad del presidente Fran?ois Mitterrand en lo que se refiere a la reunificaci¨®n alemana en 1990 y dijo sentir ?respeto? y ?admiraci¨®n? por su proceder.

Kohl record¨® que el socialista Lionel Jospin, el jefe del Gobierno franc¨¦s, tuvo en Bruselas la misma actitud que el conservador Jacques Chirac. Por su parte, el ministro de Hacienda, Theo Waigel, se?al¨® que el euro hab¨ªa logrado la confianza de los mercados, lo que era una importante se?al para la ?confianza de las personas?.

Remiti¨¦ndose a sus nueve a?os de experiencia europea, el ministro dijo que las irritaciones y las decepciones ocurr¨ªan con frecuencia y que a veces pod¨ªa ?entender muy bien a los euroesc¨¦pticos? en Alemania. Waigel, sin embargo, dijo llegar siempre a la conclusi¨®n de que no hab¨ªa alternativa al proceso de integraci¨®n en Europa. El proceso, se?al¨®, responde a ?los intereses nacionales de Alemania?. Tanto Waigel como Kohl invocaron la experiencia de la II Guerra Mundial para explicar por qu¨¦ no existe otra alternativa a la integraci¨®n en el continente.