Europa busca la "luz verde" de EE UU para comerciar con Libia, Ir¨¢n y Cuba

La Comisi¨®n Europea y Estados Unidos negocian contra reloj un acuerdo que ponga fin a su ¨¢spero litigio sobre las leyes norteamericanas Helms-Burton y D"Amato-Kennedy (que amenazan con sanciones a los pa¨ªses que negocien, respectivamente, con Cuba y con Ir¨¢n y Libia). Los europeos consideran estas leyes extraterritoriales y, por tanto, contrarias a las normas sobre el libre comercio mundial. El acuerdo debe alcanzarse antes del lunes, d¨ªa en el que se celebrar¨¢ en Birmingham la cumbre transatl¨¢ntica.

Pese al optimismo -aunque cauto- del comisario Le¨®n Brittan, la negociaci¨®n parece encallada en los mismos obst¨¢culos que hace seis meses. Hay un solo, aunque significativo avance: los compromisos expresados el domingo pasado por la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, en favor de conceder a la Uni¨®n Europea un estatuto especial que deje a sus empresas fuera del alcance de ciertos aspectos de las dos pol¨¦micas leyes. Esa es una de las eternas reclamaciones europeas -convertir en definitivas las semestrales suspensiones del t¨ªtulo III de la ley Helms-Burton para las empresas comunitarias-, pero no la ¨²nica.Los obst¨¢culos siguen siendo muchos. Europa quiere que la negociaci¨®n abarque no s¨®lo a la ley Helms-Burton, que penaliza ciertas inversiones en Cuba, sino tambi¨¦n a la ley D"Amato-Kennedy sobre inversiones en Ir¨¢n y Libia. Por esta ¨²ltima ley sigue pesando una amenaza de sanci¨®n -que nunca acaba de llegar- contra el gigante petrol¨ªfero franc¨¦s Total. Washington se resiste a mezclar ambas leyes en una misma soluci¨®n definitiva.

La parte europea quiere tambi¨¦n garant¨ªas sobre la seguridad jur¨ªdica que amparar¨¢ a sus empresas tras la modificaci¨®n de la normativa norteamericana. Y, sobre todo, ambas partes siguen encalladas en el punto que impidi¨® un acuerdo hace seis meses: que la ley quede en suspenso, no s¨®lo para las inversiones que ya se han realizado en propiedades expropiadas, sino tambi¨¦n a las que se realicen en el futuro en esas mismas propiedades expropiadas por el r¨¦gimen de Fidel Castro a ciudadanos norteamericanos en territorio cubano.

La Comisi¨®n Europea est¨¢ dispuesta a admitir que se dificulten las inversiones en propiedades que sean expropiadas en el futuro por el Gobierno de La Habana, aunque la f¨®rmula jur¨ªdica adecuada para imponer esta prohibici¨®n exige encontrar antes un dif¨ªcil acuerdo entre los socios comunitarios. Los Quince quieren tambi¨¦n que se defina con toda claridad qu¨¦ se entiende por inversi¨®n, y piden que la suspensi¨®n definitiva afecte no s¨®lo al t¨ªtulo III de la ley Helms-Burton (la posibilidad de denunciar ante tribunales de Estados Unidos y sancionar a empresas extranjeras por operar en Cuba) sino el t¨ªtulo IV (que autoriza represalias contra los ejecutivos de esas empresas y sus familiares).

El acuerdo es dif¨ªcil, no s¨®lo porque no hay avances definitivos respecto a negociaciones anteriores, sino porque cualquier pacto entre la Administraci¨®n de Clinton y la Comisi¨®n Europea tiene que pasar el cedazo del Congreso de Estados Unidos y del Consejo de ministros de la Uni¨®n Europea.