Galicia recuerda hoy a los trovadores del mar de Vigo

Galicia vuelve hoy la mirada hacia lo m¨¢s profundo de su tradici¨®n literaria. El D¨ªa das Letras Galegas, que cada 17 de mayo, desde 1963, conmemora el aniversario de la publicaci¨®n de los Cantares gallegos, de Rosal¨ªa de Castro, se dedica hoy al recuerdo de Mart¨ªn Codax, Mendi?o y Joh¨¢n de Cangas, tres ignotos trovadores que han legado algunos de los m¨¢s hermosos poemas de la l¨ªrica medieval galaico-portuguesa. Entre las reflexiones acad¨¦micas y el boato institucional, colectivos nacionalistas aprovechan la jornada para reclamar una mayor atenci¨®n al gallego.

Pocos pueblos del planeta como los gallegos se han apropiado del mar para convertirlo en una parte tan esencial de su esp¨ªritu. Y la presencia del oc¨¦ano, en este caso confinado en los m¨¢rgenes de la r¨ªa de Vigo, es tambi¨¦n uno de los rasgos distintivos de la l¨ªrica trovadoresca que entre finales del siglo XII y comienzos del XIV vivi¨® una ¨¦poca de esplendor en el Noroeste peninsular. Mart¨ªn Codax, Mendui?o y Joh¨¢n de Cangas cantaron a este mar.La l¨ªrica trovadoresca creci¨® al amparo del esplendor de la corte de Compostela en un periodo hist¨®rico en el que coincide con algunas figuras memorables como el arzobispo Gelm¨ªrez o el maestro Mateo, que esculpi¨® el P¨®rtico de la Gloria en la catedral santiaguesa. El gallego-portugu¨¦s, entonces una lengua unificada, no s¨®lo era empleado por nobles y juglares de ambas riberas del Mi?o, sino que tambi¨¦n lo adoptaron poetas leoneses, castellanos y aragoneses. Hasta hoy se han censado unas 1.700 cantigas -composiciones para ser acompa?adas con m¨²sica y baile- pertenecientes a 150 autores distintos.

El legado se ha dividido en tres grupos: cantigas de escarnio e maldicer (de tono sat¨ªrico), de amor (en las que el poeta-vasallo se dirige a su amada-se?or) y de amigo. Son estas ¨²ltimas las m¨¢s c¨¦lebres y las que confieren su m¨¢s acendrada originalidad a la l¨ªrica galaico-portuguesa. En ellas, el autor adopta una voz femenina y escoge a la naturaleza, sobre todo al mar, como confidente de sus cuitas sentimentales. Casi nada, excepto su obra, sabemos hoy de Mart¨ªn Codax, Joh¨¢n de Cangas y Mendi?o.