Un baile de m¨¢scaras

PROGRAMA DE HUMOR. Las publicaciones de humor (bienvenida A las barricadas, Intervi¨²) van a ayudarnos a interpretar nuestra c¨®mica realidad. La jerga de los pol¨ªticos se presta cada d¨ªa m¨¢s al chiste y se deteriora en las sombras del debate est¨¦ril, de modo que del discurso hip¨®crita y confuso -tambi¨¦n en el periodismo- nos aliviar¨¢ la iron¨ªa de las vi?etas. Forges, que nos echa una buena mano en eso y organiza las barricadas del humor, lo cuenta en la radio. Mientras, Aznar, hablando a los suyos en la intimidad de G¨¦nova, nos amenaza: ?Si aburrimos un poco?, dice, ?tampoco nos viene mal?. Pero yo, despu¨¦s de los sucesivos episodios del inefable comunicador del Gobierno, tanto cuando se ahoga en risas con sus chistes como cuando declara que el ejecutivo hace una pol¨ªtica de centro izquierda (sic), ofrezco una idea gratis: la transmisi¨®n en directo por la tele de las referencias semanales del Consejo de Ministros. La televisi¨®n p¨²blica podr¨ªa reducir su d¨¦ficit concentrando la propaganda gubernamental y la diversi¨®n por el humor en un ¨²nico programa que barrer¨ªa otras parrillas. Total, que por un precario sueldo de secretario de Estado, m¨¢s pluses e incentivos, lo tendr¨ªan resuelto. Aunque Chiquito de la Calzada podr¨ªa sustituirle como portavoz si se deciden al fin por uno de los centros.DETECTOR DEL CENTRO. El ¨²ltimo de los centros elegidos por Aznar esta misma semana, sin consulta previa a Miguel Roca, es el centro reformista, que como se sabe aglutin¨® en su d¨ªa, con espectaculares resultados, a la mayor¨ªa progresista que no ignora el presidente. Ha optado Aznar por la reforma porque no cree que haya izquierda ni derecha. Lo mismo me dijo un buen d¨ªa la ide¨®loga de su formaci¨®n, Esperanza Aguirre, sin haber consultado a Vargas Llosa. As¨ª que no es especialmente original Alfonso Guerra al escribir ahora en su Diccionario de la iquierda (Planeta) que todos los que sostienen eso son de derechas. Y a?ade Guerra: ?Hoy pocos se autoproclaman de derechas, porque el t¨¦rmino ha adquirido un tono cultural muy negativo?. No es el caso de Ruiz Gallard¨®n, que no se inmuta ante el terremoto Almeida y all¨ª sigue: en el punto cero de su Puerta del Sol, esperando a la izquierda triunfante mientras escucha Un ballo in maschera, de Verdi.

DE LISBOA AL FANGO. No s¨¦ si me he recuperado a¨²n de la emoci¨®n de la hermos¨ªsima pel¨ªcula sobre Lisboa, Faca no cora?ao (Canal Plus, noche del lunes, inteligente realizaci¨®n la de Manuel Palacios y excelente gui¨®n de Manuel Rivas ). Es algo m¨¢s que un documental: una po¨¦tica invenci¨®n - Pessoa, Tabuchi y Cardoso Pires por medio- o un viaje por la vida, la muerte y el amor, con muy bellas im¨¢genes. En la pantalla grande quisiera ver ese prodigioso de sutilezas y poco presupuesto. Y pas¨® Rivas, en la celebraci¨®n con whisky de la l¨ªrica saudade audiovisual de nuestro gozo ( Misia y Est¨¦vez sonando todav¨ªa entre nosotros, los di¨¢logos certeros del gallego, la voz de Tabuchi reconociendo que ?Lisboa es una ciudad en la que apetece protagonizar un doble suicidio?), y entr¨® a comentar la rudeza y las malas formas de la derecha con ejemplos gallegos. A ?ngel Gonz¨¢lez, que llegaba de Am¨¦rica casi en ese momento, no le extra?¨® nada lo ocurrido en el Parlamento, la derecha que no deja hablar no es nada nueva para este poeta civil, de buena memoria, que anda ahora por su Asturias entre los papeles del legado literario de su amigo Emilio Alarcos. Insistimos en la evidencia: la derecha espa?ola es maleducada. Los obreros se han preocupado por las buenas formas a sus hijos al tiempo que se dilu¨ªan las de las familias con linaje para dar paso a esta manada de nuevos ricos que sustituye ahora la bronca por el di¨¢logo. Vi a Rivas y a ?ngel avanzar por la madrugada hacia Pessoa y m¨¢s cutre me pareci¨® al otro d¨ªa, con resaca, este espect¨¢culo nacional ca¨®tico. Ignoraba que un gol fuera a resucitar las banderas con ¨¢guila una noche m¨¢s tarde y que bajo sus alas acogiera la necedad mundializada ahora.

BECERRIL DE SEVILLA Y OL?. Pero hasta las ricas por casa se desmelenan en el guirigay de su griter¨ªo. Un ejemplo: los alaridos de Becerril (Soledad), perdiendo todas las peinetas consistoriales, arrebatada en sus faralaes, insultona casi af¨®nica en su m¨ªtin sevillano. Miraba a Cascos, en primera fila, y se iba enardeciendo, bajo su direcci¨®n, sin que le quedara nada de la modosita Mariquita P¨¦rez, a punto de pedirle ahora un papel a Alm¨®dovar en otra pel¨ªcula de nervios, cambiada en verdulera. P. D. En cuestiones de Expo, dice el Rey, mejor Lisboa que Sevilla. Y si se trata de Rep¨²blicas, ?mejor Sevilla que Lisboa, majestad?