Globalizaci¨®n total
He o¨ªdo hablar mucho de la globalizaci¨®n, pero nunca le he prestado demasiada atenci¨®n porque es un tema que ten¨ªa ubicado en las profundidades de la sem¨¢ntica pol¨ªtico-econ¨®mica, lugar que por alguna raz¨®n, quiz¨¢ neur¨®tica, imagino sembrado de enigmas insondables. Fue tras una tertulia del C¨ªrculo de Estudios Pol¨ªticos Andaluces cuando asum¨ª con claridad meridiana de lo que se trataba: para bien y/o para mal, hemos superado la internacionalizaci¨®n e intentamos penetrar en el proceso de globalizaci¨®n. Un ejemplo es el de la empresa que funciona por el mundo sin tener en cuenta el lugar de nacimiento. Habr¨¢ otros ejemplos que no pudimos discutir porque todos quer¨ªamos participar y cort¨¢bamos los discursos sin piedad; ahora se me ocurre que los futbolistas pueden estar tambi¨¦n bastante globalizados; m¨¢s dif¨ªcil en cambio lo tienen los nacionalismos y fundamentalismos. La globalizaci¨®n cuenta con una tecnolog¨ªa tan depurada que cualquier ignorante que tenga acceso a ella -eso resulta imprescindible- la puede manejar sin dificultad; cuenta tambi¨¦n con un sistema de transmisiones y un acceso a la informaci¨®n tan libre, sin l¨ªmites ni controles, que necesariamente ha de alterar nuestro sistema de decisi¨®n, de producci¨®n, de comercializaci¨®n y de casi todo. Puede ser algo as¨ª como levantar el tel¨®n desde un mundo que no hemos llegado a conocer hacia la exploraci¨®n del saber, las dudas, las posibilidades, los estudios cient¨ªficos, mandamientos, leyes y opiniones variopintas. ?Y yo aqu¨ª tan tranquila!, utilizando el Internet como correspondencia. Claro que hace nada ni el mismo Bill Gates daba un duro por Internet. Debe ser la edad, pero me da v¨¦rtigo la velocidad a la que evolucionamos. Por lo visto, introducir las nuevas tecnolog¨ªas en un pueblo perdido del tercer mundo equivale a meterlo en el n¨²cleo de decisi¨®n, con todos los avances que ello conlleva. Me suena a m¨²sica celestial: si distribuy¨¦ramos ordenadores por doquier podr¨ªamos acabar con el hambre, la tiran¨ªa, la esclavitud, las guerras, la mutilaci¨®n de las mujeres y las pateras. Al fin y al cabo, a base de informaci¨®n cay¨® el muro de Berl¨ªn. Un paso m¨¢s y perder¨¢n influencia los anuncios, los m¨ªtines, la demagogia y las manipulaciones pol¨ªticas, porque todos podremos contrastar pareceres y estudios especializados personalmente y sobre cualquier materia. No habr¨¢ justificaci¨®n posible para un error de c¨¢lculo matem¨¢tico o cient¨ªfico que se pueda encontrar en Internet, y los que surjan nuevos contar¨¢n con todo el apoyo necesario para prevenir el riesgo. ?Dios! ?qu¨¦ para¨ªso! Se acabar¨¢n los problemas de Do?ana o los del camino del Roc¨ªo. Queda una dificultad por superar y es que la informaci¨®n puede llegar a ser tan exhaustiva que nos desborde. Para eliminar ese contratiempo necesitamos una preparaci¨®n adecuada para llegar a un querer saber determinado y preciso, una capacidad de expresi¨®n y de an¨¢lisis con la que poder desenvolverse y llegar a una conclusi¨®n sin perderse en el caos.
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