Asia nuclear
PAKIST?N EFECTU? ayer un total de cinco explosiones nucleares subterr¨¢neas en respuesta a las realizadas hace apenas dos semanas por su vecina y tradicional enemiga, India. Islamabad desoy¨® as¨ª todos los llamamientos de la comunidad internacional a no seguir el camino emprendido por Nueva Delhi. Sin dejarse disuadir por promesas ni amenazas de vecinos, socios o aliados, Pakist¨¢n entra as¨ª oficialmente en el club de potencias nucleares , que aumenta pese al tratado de no proliferaci¨®n (TNP) y el tratado de prohibici¨®n de pruebas. Las condenas de toda la comunidad internacional no se hicieron esperar ayer, aunque nadie ocultaba que la reacci¨®n paquistan¨ª era perfectamente previsible y, como se ha visto, inevitable.El hecho es muy grave y confirma, como ya se tem¨ªa desde que India realiz¨® sus experimentos, que la regi¨®n del Asia meridional se halla peligrosamente cerca de una escalada armamentista nuclear. Dos pa¨ªses con una larga frontera com¨²n, a los que enfrenta una profunda enemistad y que ya se han batido en tres guerras y decenas de conflictos menores en su medio siglo de existencia como Estados independientes, han resucitado la disuasi¨®n nuclear, que parec¨ªa superada desde el fin de la guerra fr¨ªa. Ambos cuentan, asimismo, con los misiles necesarios para alcanzar con ellos cualquier punto geogr¨¢fico del vecino.
Esta carrera armamentista, como todas en la historia, tiene su origen en la profunda desconfianza entre los grandes pa¨ªses de la regi¨®n. Si el programa nuclear indio era en gran parte una respuesta a China, a la que Nueva Delhi considera una amenaza, las explosiones paquistan¨ªes son, a su vez, una respuesta de Islamabad a la potencial amenaza india. Los ¨²ltimos acontecimientos pueden ofrecer, parad¨®jicamente, la oportunidad de cortar esta escalada antes de que desemboque en una carrera de acumulaci¨®n de ojivas nucleares en toda la regi¨®n. El hecho de que China, India y Pakist¨¢n dispongan ya abiertamente de armas at¨®micas debiera hacer m¨¢s f¨¢cil que se avengan tanto a la adhesi¨®n al TNP como al tratado de prohibici¨®n de pruebas. ?ste debiera ser ahora el mayor empe?o de la comunidad internacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.