Las primarias
Ya lo dijo la maldici¨®n gitana: "En primarias te veas y las ganes". El PSOE decidi¨® celebrar unas elecciones primarias para elegir su "candidato a la presidencia del Gobierno". La historia es conocida: gan¨® Borrell y perdi¨® Almunia. Ya tenemos nombrado oficialmente, por tanto, a Jos¨¦ Borrell, "candidato a la presidencia del Gobierno" por parte del PSOE. Parece ser que la victoria de Borrell sobre Almunia ha venido a crear problemas en el Partido Socialista. Quiero decir que el "invento" no ha servido para mucho. De momento ha servido para crear problemas en el PSOE o, en su caso, para hacer aflorar problemas que exist¨ªan latentes. Luego resulta que este procedimiento de las primarias se va a aplicar, tambi¨¦n, para elegir candidatos a presidentes de comunidades aut¨®nomas o a alcaldes de ciudades mayores de 50.000 habitantes. Lo que posiblemente contribuir¨¢ a seguir creando problemas en comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos. Con lo cual, la maldici¨®n gitana se ir¨ªa extendiendo de arriba abajo. Es un problema de los socialistas y ellos sabr¨¢n lo que hacen. Pero habl¨¢bamos de las primarias para elegir "el candidato a la presidencia del Gobierno". La verdad es que, de acuerdo con la vigente Constituci¨®n espa?ola, la figura del "candidato a la presidencia del Gobierno" s¨®lo puede ser elegida y propuesta una vez constituido el Congreso de los Diputados despu¨¦s de unas elecciones generales. Y esta facultad de elegir y proponer corresponde al Rey. Seg¨²n el art¨ªculo 99: "Despu¨¦s de cada renovaci¨®n del Congreso de los Diputados, y en los dem¨¢s supuestos constitucionales en que as¨ª proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria, y a trav¨¦s del Presidente del Congreso, propondr¨¢ un candidato a la Presidencia del Gobierno. El candidato propuesto expondr¨¢ ante el Congreso de los Diputados el programa pol¨ªtico del Gobierno que pretenda formar y solicitar¨¢ la confianza de la C¨¢mara". En Espa?a no se elige al presidente del Gobierno por votaci¨®n popular directa. Ni a los presidentes de comunidad aut¨®noma ni a los alcaldes. No estamos en un r¨¦gimen presidencialista. Aqu¨ª se eligen diputados a los parlamentos entre los candidatos que cada partido presenta en sus listas. Y es una vez constituidos los parlamentos y en funci¨®n de la correlaci¨®n de fuerzas all¨ª presentes, que se procede a la elecci¨®n del candidato a presidente del Gobierno: sea el central o el de cada comunidad. Candidato que someter¨¢ su programa de gobierno ante la c¨¢mara en sesi¨®n de investidura y en caso de aprobaci¨®n, ser¨¢ investido presidente. Ya hemos visto que, en el caso del presidente del Gobierno central, es el Rey quien, despu¨¦s de consultados los distintos grupos pol¨ªticos que componen el Congreso de los Diputados, y a trav¨¦s del presidente de la c¨¢mara, propone un candidato que deber¨¢ conseguir la confianza de la mayor¨ªa parlamentaria. Quiere decirse que, en todo caso, lo que se elige en las primarias no es otra cosa que "un candidato a ser nombrado candidato". Pudiendo darse la circunstancia, prevista en la Constituci¨®n, en el punto 4 del citado art¨ªculo 99, que si tras dos votaciones separadas por 48 horas, el candidato no obtuviese la mayor¨ªa absoluta en la primera ni la simple en la segunda, se tramitar¨¢n sucesivas propuestas de otros candidatos con el fin de obtener la confianza de la c¨¢mara. Entre esas sucesivas propuestas se puede elegir, incluso, un candidato que no sea ni diputado ni miembro de cualquiera de los partidos con representaci¨®n parlamentaria. Si pasados dos meses, ninguno de los candidatos propuestos alcanzase esa confianza, el Rey disolver¨¢ las c¨¢maras y convocar¨¢ nuevas elecciones. Se me dir¨¢, y con raz¨®n, que esta situaci¨®n no es f¨¢cil que se llegue a dar. Posiblemente. Pero no es imprevisible. En todo caso, y a la vista de lo que est¨¢ sucediendo, esto de las "primarias" para lo que ha servido es para poner de relieve la divisi¨®n interna del Partido Socialista. Lo estamos viendo, por ejemplo, en lo que viene sucediendo en Valencia con los candidatos que quieren presentarse a las primarias para la alcald¨ªa o para la presidencia de la Generalitat. Las divisiones y enfrentamientos que est¨¢n aflorando no es la mejor tarjeta de visita para concurrir a unas elecicones. El electorado acostumbra a penalizar los partidos con problemas y cuarteamientos internos. Una de las primeras condiciones que ha de requerir un candidato es que cuenta, a la hora de presentarse a unos comicios, con el respaldo entusiasta de su partido. No parece que, por el momento, lo tenga Borrell ni parece, por lo que est¨¢ sucediendo en Valencia, que lo vayan a tener quienes salgan elegidos por unas "primarias", como candidatos a la alcald¨ªa o a la presidencia de la Generalitat. Esperemos a ver. Si las cosas no mejoran y se recomponen, uno no descartar¨ªa, incluso, que llegase un momento en que el mismo Borrell, tal vez cansado y hastiado, renunciase a su candidatura si no ve un panorama despejado, libre de enfrentamientos y discusiones. Esperemos . Francesc de P, Burguera es periodista
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