Un hada contra la muerte

A lo largo de siete largometrajes, el argentino Eliseo Subiela (Buenos Aires, 1944) se ha convertido en uno de los realizadores m¨¢s importantes del cine latinoamericano, tanto por contar un mundo extremadamente personal como por conseguir que sus nada f¨¢ciles pel¨ªculas lleguen con regularidad a Espa?a y tengan ¨¦xito entre un cada vez mayor n¨²mero de admiradores.Se da a conocer con la trilog¨ªa integrada por Hombre mirando al sureste (1986), ?ltimas im¨¢genes del naufragio (1989) y El lado oscuro del coraz¨®n (1992), que muestra su personal e irreal estilo al contar desgarradas historias de amor imposible, llenas de nostalgia y sentimentalismo, apoyadas en s¨®lidas bases literarias e incluso en poes¨ªas, en concreto de su admirado Mario Benedetti, que llega a hacer un papel en la ¨²ltima de estas pel¨ªculas.

Sus posteriores trabajos se mueven en una misma direcci¨®n, pero tanto No te mueras sin decirme ad¨®nde vas (1995), como, sobre todo, Despab¨ªlate amor (1996), cada vez aparecen m¨¢s cercanas del realismo. Con Peque?os milagros (1997), su reciente estrenada pel¨ªcula, vuelve a su mundo m¨¢s personal, alejado del realismo y cada vez m¨¢s cercano de la fantas¨ªa al contar la vida cotidiana de un hada que vive en Buenos Aires y llega a la conclusi¨®n de que no existe la muerte.

La joven Rosal¨ªa est¨¢ obsesionada por las hadas hasta que se da cuenta de que es una de ellas, mientras trabaja como cajera en un supermercado y dedica su tiempo libre a leer a ciegos, una que tiene un misterioso admirador y otro, espa?ol, que le descubre la poes¨ªa de Pessoa. En medio, una terrible madre, un padre que la abandon¨® de ni?a y un joven que se enamora a trav¨¦s del ordenador.

Con estos elementos, Eliseo Subiela hace una pel¨ªcula lenta, sin apenas historia, que se sit¨²a entre sus mejores trabajos. Gracias a tener la osad¨ªa de, en esta ¨¦poca de sofisticados efectos especiales, utilizar los m¨¢s antiguos y sencillos, y centrarse en la simple vida de algunas mujeres que creen en el tango, el destino, las hadas, el amor, la felicidad, hasta llegar a la convicci¨®n de que la muerte no existe.

Gran parte del atractivo de Peque?os milagros se debe a que la protagonista est¨¢ encarnada por Julieta Ortega, una joven actriz que Subiela logra convertir en un hada aut¨¦ntica que queda fascinada por Pessoa mientras lee su obra a un sobrio Francisco Rabal, y que despliega su belleza al hablar con un apesadumbrado H¨¦ctor Alterio.