Una reforma fiscal regresiva

La pol¨ªtica fiscal se debe basar en tres principios fundamentalmente: la equidad, que permite asegurar un reparto justo de la renta y de la riqueza; la progresividad, que consigue que pague m¨¢s quien m¨¢s tiene, y la suficiencia de recursos, es decir, que permita recaudar lo necesario para que se puedan cumplir los objetivos de gasto p¨²blico de las Administraciones. S¨®lo hace falta leer los estudios realizados por un grupo de expertos para el Gobierno central y por el catedr¨¢tico de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Ignacio Zubiri por encargo de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, para tener bien clara la regresividad que van a plantear en la reforma del Impuesto de la Renta de las Personas F¨ªsicas (IRPF) tanto el Partido Popular como el PNV. No se puede admitir que, tal como se propone en ambos estudios, el peso del impuesto m¨¢s importante recaudatoriamente hablando -supone de hecho el 45% de los ingresos tributarios totales- pase ser soportado ¨²nicamente por las rentas medias y bajas. No en vano, en ambas reformas se incorpora una bajada de los tipos marginales, la eliminaci¨®n de las rentas del capital y del gravamen sobre las rentas de los no residentes para captar capitales que no van a tener ninguna incidencia en las inversiones, es decir en el tejido productivo. A todo ello se a?ade la disminuci¨®n de tramos en la escala del impuesto, lo que supone una eliminaci¨®n de la progresividad, que es la base fundamental de un impuesto como el IRPF. Con todo ello lo que se va a conseguir, y parece que constituye el objetivo fundamental de la reforma, es evitar que las pol¨ªticas de gasto p¨²blico se orienten hacia las capas de la sociedad econ¨®micamente m¨¢s d¨¦biles. Para Izquierda Unida-Ezker Batua la funci¨®n redistributiva del Estado, que para eso est¨¢n los impuestos, debe de realizarse a trav¨¦s del ingreso y no del gasto p¨²blico. En caso contrario, el resultado ser¨ªa una progresiva eliminaci¨®n de la progresividad del impuesto de la renta. Estas pol¨ªticas econ¨®micas, que podr¨ªamos calificar de conservadoras, pretenden ¨²nicamente reducir la carga fiscal, posibilitando con ello un beneficio para los poseedores de mayores rentas y patrimonios. En Euskadi no hay motivos que puedan justificar la reducci¨®n de los impuestos a los m¨¢s favorecidos: ni la situaci¨®n en que se encuentra el sistema de protecci¨®n social, ni la presi¨®n fiscal que soportamos, que est¨¢ muy por debajo de la media comunitaria y del conjunto de la OCDE, son motivos que nos induzcan a ello. Por ejemplo, en 1994, los gastos totales destinados a pol¨ªticas de protecci¨®n social supuso 23,5% del producto interior bruto (PIB), frente al 28,7% que se gasta de media en la UE. Por el contrario, deber¨ªa abordarse un incremento de la presi¨®n fiscal para converger con la Uni¨®n Europea y recortar el diferencial existente tanto en esta variable como en los gastos de protecci¨®n social. No se pueden tomar medidas que originen una distribuci¨®n m¨¢s regresiva de la carga tributaria y que tengan costes elevados en t¨¦rminos de recaudaci¨®n. Por este camino elegido, si no se quieren reducir los gastos sociales -cosa que dudo que no se plantee en realidad-, se tendr¨¢ que incrementar la recaudaci¨®n por la v¨ªa de un aumento de los impuestos indirectos. Y ello va a suponer que se consiga lo que las pol¨ªticas econ¨®micas neoliberales, tan vigentes hoy en d¨ªa en los bastiones de la derecha, proponen como onjetivo: que las cargas fiscales las soporten las clases sociales menos favorecidas.

Juan M. Basterretxea Lasa es coordinador del ?rea Econ¨®mica de Izquierda Unida-Ezker Batua.