Duelo de mediocres
Bulgaria y Paraguay empataron en un partido atropellado, sin apenas juego
La primera ojeada a los rivales de Espa?a produce noticias satisfactorias para nuestra selecci¨®n. Hay equipos que se parecen al aspecto de sus jugadores. As¨ª Paraguay es liviana y Bulgaria inclasificable. Tiene de todo: gordos, flacos, laboriosos, vagos, r¨¢pidos, lentos. Tambi¨¦n tiene a Stoitchkov. O sea, que Bulgaria es un manual de antropolog¨ªa. Su juego es igual de variable que sus futbolistas. Bascula entre lo excitante y lo desesperante, con cierta preponderancia de lo ¨²ltimo. El equipo envejece y los defectos se hacen m¨¢s visibles.El empate entre pararaguayos y b¨²lgaros es un buen resultado para Espa?a, adem¨¢s de ajustarse bastante bien a lo que sucedi¨® en Montpellier, donde el d¨ªa estuvo a tono con las caracter¨ªsticas del partido. Hubo viento racheado y molesto. Como los dos equipos dijeron tan poco, es imposible pensar en un juego peor. Esa es la mala noticia para la selecci¨®n espa?ola. Una vez alcanzado el nivel m¨ªnimo, Bulgaria y Paraguay s¨®lo pueden progresar.
Bulgaria alcanz¨® la semifinal en el ¨²ltimo Mundial con una especie de hippismo a la eslava -todo el mundo estaba enfadado con todo el mundo, pero se lo pasaban ca?¨®n-, con dos excelentes centrocampistas -el ingenioso Balakov y el util¨ªsimo Letchkov- y con Stoitchkov en plan Long John Silver, como si dirigiera un barco de filibusteros. Aquello funcion¨® porque pill¨® a sus rivales por sorpresa. Todos estaban tan pendientes de lo t¨¢ctico, de lo riguroso, del ordenancismo actual, que asistieron at¨®nitos al heterodoxo despliegue de los b¨²lgaros. Cuatro a?os despu¨¦s, esta selecci¨®n ha envejecido mal y ha perdido encanto.
Aunque Stoitchkov protagoniz¨® los momentos cruciales -un remate al palo y una deficiente volea con la porter¨ªa libre- cada vez est¨¢ m¨¢s cerca de la caricatura. Como se dice que tiene personalidad, el hombre se pasa los partidos agitando los brazos, escupiendo, malmirando a sus compa?eros, increpando al primero que se le ponga enfrente. Chilavert, como tambi¨¦n gasta fama de duro y dif¨ªcil, hizo buenas migas con Stoitchkov por una cuesti¨®n de solidaridad.
Al partido le sobr¨® casi todo. Paraguay entr¨® a jugar con un respeto reverencial. A sus jugadores les pudo el acontecimiento. O quiz¨¢ es que no dan para m¨¢s. Hasta los buenos decepcionaron. Acu?a, que es un centrocampista equilibrado, apenas tuvo participaci¨®n. Y sin Acu?a, Paraguay no ten¨ªa a nadie para dar cuerpo al medio campo. La delantera fue inexistente, seg¨²n corresponde con los informe. La ¨²nica posibilidad pasaba por Ben¨ªtez, que arranc¨® casi siempre desde demasiado lejos. Ben¨ªtez jug¨® de extremo, pero no lo es. Menos a¨²n en este f¨²tbol que exige a los exteriores una gran ayuda en el medio campo.
La primera parte sali¨® embarullada por la tendencia natural de los b¨²lgaros y por la indecisi¨®n de los paraguayos, que no dieron tres pases. La situaci¨®n favorec¨ªa a Bulgaria, m¨¢s acostumbrada a pescar en este tipo de encuentros. Nada lo resume mejor que el remate al palo de Stoitchkov: un despeje corto de un central, un mal control de Acu?a y la pelota qued¨® suelta para Stoitchkov.
Paraguay se arm¨® un poco m¨¢s en el segundo tiempo, aunque no lo suficiente como para provocar graves da?os en el ¨¢rea rival. Lo m¨¢s da?ino para los b¨²lgaros fue la presencia de Ivanov, su orondo capit¨¢n. Con sus pantalones XXXL y los michelines colgantes, Ivanov estuvo a punto de construir una nueva tesis sobre la funci¨®n del l¨ªbero. Termin¨® tan cerca de su portero que se hizo dif¨ªcil discernir qui¨¦n era el guardameta.
Como el partido apenas ten¨ªa nada que decir, tuvo que salir Chilavert para lanzar un tiro libre y animar las cosas. Como portero, Chilavert es discret¨ªsimo, quiz¨¢ porque tambi¨¦n est¨¢ afectado por el s¨ªndrome Ivanov y le sobran varios kilos. Pero se adorna con otras cualidades: se hace muy bien la propaganda y contagia el ardor a sus compa?eros. En la segunda parte se anim¨® a lanzar un golpe franco y por poco marca. Fue una de las pocas cosas notables de un partido mediocre, interpretado por un equipo asustado -Paraguay- y por otro que parece en decadencia.
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