Cr¨®nica de la nada
Aguilera dio la clave, hablando en la SER con Jos¨¦ Ram¨®n de la Morena despu¨¦s del partido Espa?a-Paraguay, en el que ¨¦l hab¨ªa jugado el papel de defensa lateral, un lapsus linguae le llev¨® a confundir al conjunto nacional con su propio equipo, el Atl¨¦tico de Madrid. Quiz¨¢ a ¨¦l eso que le pas¨® en las ondas no le ocurri¨® en el campo, pero es obvio que la mayor parte de los integrantes del equipo de Javier Clemente estaban pensando en otra cosa -su propio equipo, sus novias, el m¨®vil con el que hablan en el anuncio de cama que han protagonizado...- distinta al objeto principal de su juego, que era el de hallar la concentraci¨®n suficiente como para descubrir los huecos d¨¦biles del contrario. Media docena de ellos est¨¢ a la espera de destino en sus clubes actuales, y todos est¨¢n pendientes de las fluctuaciones del mercado del f¨²tbol, cuyo term¨®metro var¨ªa tambi¨¦n seg¨²n vaya este Mundial franc¨¦s. Quiz¨¢ el ¨²nico futbolista que estaba seguro de su destino, y eso le a?adi¨® aplomo, seguridad, eficacia, fue el l¨ªder Zubizarreta, convencido de cu¨¢l era su sitio en el campo. La falta de convicci¨®n que hubo en las restantes l¨ªneas del equipo rojo coincidi¨® con una impresi¨®n que puede trasladarse a la psicolog¨ªa del conjunto: la incertidumbre sobre el destino les tiene agarrotados los pies. La apuesta previa ha sido muy grande, y la arrogancia que han arrojado sus dirigentes nacionales y sobre todo su t¨¦cnico sobre el esplendor de su destino les ha puesto el list¨®n tan lejos que parecen inhibirse ante cada gesto, como si temieran no ser suficientemente solemnes, como si ya adivinaran el tama?o del fallo antes siquiera de asumir el riesgo. Han dejado que se les clasifique entre las sectas, pues lo pasan muy bien con su jefe, Javier Clemente, al que defienden a capa y espada, pero han permitido que ese liderazgo que sufren les haga tambi¨¦n distantes ante la prensa y el p¨²blico. El silencio que se les exige les ha quitado naturalidad, dominio sobre sus rictus, y todos parecen temer que una sonrisa o una palabra baste para condenarles. ?ngel Ganivet, el pensador granadino cuyo centenario tambi¨¦n se celebra ahora, distingu¨ªa entre ideas redondas e ideas picudas. Javier Clemente es un hombre de ideas picudas, que pinchan y cortan y ahuyentan, y ese esp¨ªritu r¨ªspido, como dicen los cubanos, se ha trasladado al rostro de una selecci¨®n cuyos componentes siempre parecen estar a?orando otra cosa, como si se hubieran quedado al un¨ªsono hu¨¦rfanos de padre y de madre y de sentido del humor. Urge, ante el compromiso decisivo, que empiecen a re¨ªrse un poco, y para ello el primero que tiene que soltar la carcajada es el entrenador, que de pronto ha lanzado sobre el pa¨ªs entero la idea (evidentemente picuda) de que el f¨²tbol no es un juego divertido sino un proceso en el que los malos siempre son los otros. A Clemente le hace falta filosof¨ªa, pensamiento, para redondear sus ideas, para que se dejen penetrar por las ideas de los dem¨¢s. Si no siempre va a pinchar con su pensamiento ¨²nico. Como dec¨ªa M¨¢ximo ayer en su dibujo de EL PA?S, pensamiento ¨²nico, ¨²nico y equivocado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.