Los diarios in¨¦ditos de Kerouac revelan los recelos entre los "beat"
"Desear¨ªa ser un negro feliz", escribe el autor de "En el camino"
La figura de Jack Kerouac sigue levantando pasiones en Estados Unidos. La publicaci¨®n de fragmentos in¨¦ditos de sus diarios, esta semana en la revista The New Yorker, descubren a un autor patriota que quer¨ªa ser "un bardo le?ador" yque desconfiaba del cinismo de la generaci¨®n beat, encarnada por ¨¦l mismo y por sus amigos William Burroughs y Allen Ginsberg. "Alg¨²n d¨ªa me quitar¨¦ mi m¨¢scara y lo dir¨¦ todo sobre qui¨¦n es Ginsberg en realidad", escribe un Kerouac muy amargo en sus diarios, antes de publicar En el camino".
Los textos que public¨® ayer The New Yorker cubren el periodo entre 1948 y 1950, cuando Kerouac ten¨ªa entre 26 y 28 a?os y todav¨ªa ni siquiera hab¨ªa publicado su primera novela, The Town and the City. Su gran popularidad no habr¨ªa de llegar hasta 1957, con el lanzamiento de En el camino, cuyo esquema parece estar basado en estos diarios."Tengo otra novela en mente," escribi¨® en agosto de 1948, "En el camino, sobre la que no paro de pensar: dos tipos haciendo autoestop hasta California en busca de algo que no encuentran y perdi¨¦ndose a s¨ª mismos en el camino, regresando con una esperanza de algo m¨¢s".
Se trata de los textos m¨¢s ¨ªntimos de Kerouac desde la publicaci¨®n de una antolog¨ªa de sus cartas hace dos a?os. El escritor llen¨® m¨¢s de 200 vol¨²menes de diarios desde que cumpli¨® catorce a?os hasta su muerte, en 1969, a los 47 a?os, debido al alcohol.
"17 de abril de 1948: Fui a Nueva York y estuve discutiendo con una chica toda la noche", es una de las entradas caracter¨ªsticas del material ahora descubierto, definitorias del estilo de Kerouac. "Agosto de 1949: Camino en la oscuridad, y nadie puede ayudarme excepto mi propio yo enloquecido".
Amor-odio
A lo largo de los diarios, Kerouac deja entrever una relaci¨®n de amor-odio hacia su colega el poeta Allen Ginsberg y un cinismo generalizado hacia todo lo que representaba la generaci¨®n beat que ¨¦l mismo ayud¨® a definir.Kerouac reniega de la cultura de la costa este de EEUU, donde naci¨®, y llega a decir: "Me gustar¨ªa haber nacido en Dickinson, Dakota del Norte", en uno de los pasajes en los que m¨¢s claramente idealiza la Am¨¦rica profunda.
En mitad de su escritura maniaco depresiva, en la que en un momento parece comerse el mundo e inmediatamente despu¨¦s parece que es al contrario, Kerouac de pronto hace borr¨®n y cuenta nueva con afirmaciones como ¨¦sta: "Un partido de b¨¦isbol en Denver es mejor que toda esta filosof¨ªa de tres al cuarto".
Descontento y cargado de dudas, inclemente consigo mismo, Kerouac llega a aborrecer su propia condici¨®n de hombre blanco y escribe: "Lo que me ofrece el mundo blanco no es suficiente para m¨ª (...) Desear¨ªa ser un negro, cualquier cosa menos un hombre blanco desilusionado por lo mejor de su propio mundo blanco (...) Desear¨ªa cambiarme por los negros de Am¨¦rica, felices, aut¨¦nticos y est¨¢ticos". M¨¢s adelante, llega a decir que "el futuro de Am¨¦rica reside en los negros".
Resentido
Seg¨²n descubren los fragmentos publicados por The New Yorker, Kerouac muri¨® sin haber digerido el ¨¦xito tard¨ªo que le di¨® En el camino, y resentido por que la cr¨ªtica le pusiera en el mimo saco de la cultura beat, en el que ¨¦l mismo se incluy¨® tambi¨¦n. En los diarios dice que ha sido "un mentiroso y un d¨¦bil" al "pretender" que Ginsberg, Burroughs y Lucien Carr, entre otros, eran sus amigos. "Deb¨ª haber sabido que no nos ca¨ªamos bien (...) Un hombre debe reconocer sus l¨ªmites o no ser¨¢ nunca honesto". "Dentro de doce d¨ªas se publicar¨¢ Town and City", concluye Jack Kerouac. "?Ser¨¦ rico o pobre? ?Famoso u olvidado? Estoy listo para lo que sea con mi filosof¨ªa de la simplicidad, que es algo que entronca con mi filosof¨ªa de la pobreza con felicidad interior".
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