"Cada pa¨ªs tiene la TV que se merece", dice el presidente de RTL

"Cada pa¨ªs tiene la televisi¨®n que se merece", afirma Jacques Rigaud, presidente y director general de la poderosa empresa privada Radiotelevisi¨®n Luxemburgo (RTL) y reconocido experto en pol¨ªtica cultural y en el sector audiovisual. Rigaud, que ha hablado con EL PA?S con motivo de una reciente visita a Madrid, sostiene que "la publicidad en la televisi¨®n p¨²blica es como el gusano en la fruta" y condena la progresiva desaparici¨®n de los contenidos culturales en las televisiones estatales.

Jacques Rigaud (Par¨ªs, 1932) ha ejercido misiones en el Museo d'Orsay, la UNESCO, el Ministerio franc¨¦s de Cultura o el Consejo Constitucional. Rigaud explica que, si no se logran armonizar tres l¨®gicas distintas, la pol¨ªtica, la econ¨®mica y la cultural, el sector audiovisual est¨¢ abocado a la cat¨¢strofe. No quiere referirse directamente al caso espa?ol, pero "tal y como dicen los Evangelios, quien tenga o¨ªdos, que oiga; y quien tenga ojos, que vea"."En Francia tenemos una televisi¨®n p¨²blica que funciona seg¨²n una l¨®gica comercial", explica. "Fue en tiempos del presidente Pompidou cuando se introdujo el gusano en la fruta al aceptar que los canales p¨²blicos iban a financiarse en parte gracias a la publicidad". ?l prefiere el modelo BBC: "En Gran Breta?a, cuando se discuti¨® la posibilidad de crear una tercera cadena p¨²blica, se vio que eso era imposible si el ciudadano no aceptaba pagar m¨¢s por tener un televisor. Los brit¨¢nicos delegaron en la iniciativa privada; en Francia se prefiri¨® desequilibrar el sector p¨²blico dando predominio a la l¨®gica econ¨®mica sobre la cultural. Fue una opci¨®n pol¨ªtica".

Ese desequilibrio "se ha traducido en la desaparici¨®n de las emisiones dedicadas a la arquitectura, la m¨²sica, el teatro o la literatura de las horas de m¨¢xima audiencia o, lisa y llanamente, de la programaci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica". "No soy un nost¨¢lgico", asegura Rigaud, "porque me apasiona el futuro y veo en la multiplicaci¨®n de canales que ofrece la tecnolog¨ªa digital la oportunidad de reparar el empobrecimiento cultural e informativo que caracteriza hoy a la televisi¨®n p¨²blica".

Para Rigaud, no hay que dejarse enga?ar por esos sondeos en los que la opini¨®n manifiesta su apetito de programas culturales y condena la televisi¨®n-basura. "Cada pa¨ªs tiene la televisi¨®n que se merece. Todos tendemos a querer tener una buena imagen de nosotros mismos pero luego la realidad se impone y la m¨¢xima audiencia es para emisiones de muy escasa exigencia intelectual. Pero no hay que ser pesimistas. La realidad es compleja y hay minor¨ªas importantes preparadas para otra cosa que la mediocridad de las televisiones generalistas. Y ese p¨²blico mayoritario tambi¨¦n se interesa por cuestiones culturales, si se plantean de manera adecuada. En la radio, en RTL, he podido hacer el experimento de colocar el comentario diario sobre un libro dentro de los informativos y el resultado es muy bueno".

La excepci¨®n cultural, el empe?o franc¨¦s por mantener su identidad frente a la invasi¨®n de los productos estadounidenses, es visto con buenos ojos por Rigaud, a¨²n admitiendo sus posibles efectos perversos. "La Europa cultural s¨®lo puede vivir si resucitamos la curiosidad que exist¨ªa en los a?os cincuenta. La Europa cultural existe", concluye.