Un barco
Faltaba un barco para completar el escaparate. Y lo han puesto, claro. Joan Lerma, llevado de su vocaci¨®n marinera o, tal vez, atendiendo a las sugerencias de alguna que otra instituci¨®n tambi¨¦n tuvo su barco oficial. La Generalitat socialista pag¨® un pu?ado de millones para que un nav¨ªo de alta competici¨®n luciera el logotipo del Consell y al presidente le cayeron chuzos de punta desde la derecha y la izquierda porque nadie entend¨ªa semejante despilfarro econ¨®mico. Llega ahora Eduardo Zaplana, al que no se le conoce tanta afici¨®n por el mar, y se descuelga con 400 millones para promocionar la Comunidad Valenciana en la Regata Copa Am¨¦rica. Una frusler¨ªa de nada destinada a que el presidente chupe c¨¢mara en su televisi¨®n a cuenta del contribuyente, posando con un hermoso velero a sus espaldas. M¨¢s despilfarro y m¨¢s vanidad. Esta es la hora en que a¨²n no sabemos el coste de la operaci¨®n Julio Iglesias y nos montan de nuevo otro car¨ªsimo espect¨¢culo cuya rentabilidad est¨¢ por ver. Igual es un intangible -uno m¨¢s- de esos que se cargan a beneficio de inventario ante la imposibilidad de demostrar su utilidad. Zaplana es un especialista en intangibles. Empez¨® con lo del "poder valenciano", sigui¨® con lo del cantante afincado en Miami y ha acabado en un barco. De la nada a la nada y tiro porque me toca con mucha televisi¨®n p¨²blica de por medio y un mont¨®n de fotograf¨ªas para el ¨¢lbum familiar. Un pel¨ªn caro este af¨¢n de protagonismo. Todav¨ªa est¨¢n por ver los beneficios que proporcionan los gorgoritos de Iglesias. La mitad de los empresarios valencianos no los encuentran por ninguna parte y, aunque otro cincuenta por ciento diga que s¨ª, dificilmente pueden quedar reflejados en la cuenta de resultados. Tenemos un barco y un cantante. Ni el uno ni el otro van a servir para otra cosa que para soltar dinero a chorros en una fantas¨ªa absurda de papel cuch¨¦. Es lo malo de confundir la pol¨ªtica con el espect¨¢culo, aunque no s¨¦ de qu¨¦ nos sorprendemos a estas alturas. Ahora es un barco, ma?ana ser¨¢ un portaviones. ?Por qu¨¦ no?
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