Los papeles de Nixon, a la hoguera
Pol¨¦mica por la destrucci¨®n de documentos del presidente de EE UU que se vio obligado a dimitir
Lo que queda del paso de Richard Nixon por la Casa Blanca est¨¢ acabando en las fauces de una incineradora. Anteayer, un grupo de funcionarios de los Archivos Nacionales de Estados Unidos se dirigieron a la sede del Pent¨¢gono en Washington con 126 grandes bolsas y las echaron al fuego. Dentro iban los restos triturados, previamente reducidos a jirones de papel, de unas 70.000 p¨¢ginas de transcripciones de conversaciones telef¨®nicas protagonizadas por Nixon, cuyo contenido, seg¨²n esa agencia, es personal y no concierne a la seguridad nacional.Sin embargo, la pol¨¦mica sigue rodeando a todo lo que tenga que ver con las cintas confiscadas por el Gobierno tras la dimisi¨®n de Nixon en 1974 para evitar el impeachment. Sus herederos reclaman ahora que les den los originales de esas cintas cuando las conversaciones sean de ¨ªndole privada.
El gesto realizado esta semana es sin duda m¨¢s espectacular que los contenidos de la quema. El material que acab¨® en la hoguera esta semana estaba clasificado como "privado/personal" y "privado/pol¨ªtico", y la intenci¨®n de los Archivos Nacionales, por orden judicial, era que las conversaciones privadas de Nixon nunca acabaran en manos del p¨²blico. ?stas eran sobre todo conversaciones con su familia, mientras que en las etiquetadas como "pol¨ªticas" hab¨ªa, por ejemplo, pasajes relacionados con la expulsi¨®n del entonces senador Bob Dole como jefe nacional del Partido Republicano.
El Departamento de Justicia de EEUU hab¨ªa intentado evitar la quema recurriendo a tribunales de apelaci¨®n hasta el ¨²ltimo momento. Su argumento era que muchos pasajes ininteligibles de las cintas podr¨ªan descifrarse de aqu¨ª a algunos a?os. Pero, el pasado mes de mayo, los abogados del Estado decidieron no seguir insistiendo en esta pol¨¦mica.
Nixon hab¨ªa instalado en la Casa Blanca un sofisticado (para entonces) sistema de grabaciones telef¨®nicas que ir¨®nicamente fue el que acab¨® con su presidencia cuando se demostr¨® que hab¨ªa conspirado para infiltrarse en la sede de la campa?a dem¨®crata, en el edificio Watergate.
La cuesti¨®n ahora es qu¨¦ hacer con las cintas originales: 3.700 horas de conversaciones, entre las que hay intercaladas 819 de discusiones personales. Es casi imposible f¨ªsicamente extirpar de una casete ciertos pasajes como si se tratara de una cirug¨ªa, y es de esperar que la destrucci¨®n de algunas cintas se lleve por delante material relacionado con el esc¨¢ndalo Watergate u otras maniobras pol¨ªticas de Nixon y su equipo. Los Archivos Nacionales deben preservar la parte de las cintas que sea de inter¨¦s p¨²blico o hist¨®rico.
En los Archivos Nacionales de EEUU hab¨ªa quien cre¨ªa que lo que estaban tirando era un impagable material hist¨®rico, sobre todo al compararlo con la cantidad de morralla que se guarda indiscriminadamente en sus almacenes; y otros que no le daban la menor importancia, creyendo que eran papeles duplicados sin inter¨¦s que iban a acabar destruyendo antes o despu¨¦s. Despu¨¦s de que el Gobierno confiscara las cintas de Nixon en 1974, el ex presidente (y luego sus herederos) fue a juicio exigiendo que se las devolvieran. S¨®lo tres a?os despu¨¦s, el Tribunal Supremo de EEUU dictamin¨® que las conversaciones personales y las de ¨ªndole estrictamente pol¨ªtica (es decir, las relacionadas con el partido) ten¨ªan que ser devueltas. Posteriormente, los Nixon tambi¨¦n han conseguido que un tribunal les asigne una compensaci¨®n econ¨®mica por todo este material confiscado durante tantos a?os. Se espera que, en noviembre, esta disputa vaya a juicio para determinar la cuant¨ªa de esa compensaci¨®n, que podr¨ªa llegar a varios millones de d¨®lares.
Los Archivos Nacionales de EEUU llevan varios a?os soltando con cuentagotas material de audio rescatado del sistema de grabaciones de la Casa Blanca. Sacaron de la caja fuerte miles de horas de cintas en el 95 y en el 96, cuando por primera vez se dej¨® al p¨²blico que escuchara las "conversaciones sobre abuso de poder gubernamental", es decir, las relacionadas con el caso Watergate. El a?o pasado, los Archivos Nacionales se apuntaron un buen tanto al publicar todos los documentos gr¨¢ficos y textuales de la famosa visita de Elvis Presley a la Casa Blanca en 1970, cuando Nixon le hizo agente especial del FBI.
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