La fantas¨ªa y la eficacia

Giovanni Agnelli, el viejo patr¨®n de la FIAT, el viejo patr¨®n de la Juve, se ha vuelto a enamorar de Christian Vieri. Dar¨ªa lo que no tiene, y lo tiene todo, para que el delantero mudo volviera a los brazos de la vecchia signora. All¨ª se reencontrar¨ªa con Zinedine Zidane. El mejor rematador, el m¨¢s inteligente pasador. La figura de Italia y la figura de Francia no chocan, m¨¢s bien se necesitan. Vieri y Zidane son amigos, pero hoy luchar¨¢n en campos enemigos. El franc¨¦s har¨¢ mover a todo su equipo alrededor de su imaginaci¨®n, tocar¨¢ decenas de balones y har¨¢ que sus compa?eros los toquen en las mejores condiciones. El italiano acariciar¨¢ pocos, pero dar¨¢ sentido a todo el trabajo de sus compa?eros. No hay mejor pase que el que acaba en gol, Zidane-Vieri. Lo que le falta a Italia, lo que le falta a Francia. Necesarios los dos.No hay trabajo m¨¢s generoso y humilde que el de un 10 cl¨¢sico, dicen los prospectos. Se borra del campo, convierte callejones entre piernas en avenidas de c¨¦sped, si regatea en exceso se le vocea, si su imaginaci¨®n le hace ver caminos que se demuestran imposibles se le abuchea, si un pase suyo acaba en gol se le olvida.

El delantero centro, en cambio, es el paradigma del individualismo. Todo un equipo trabajando para una persona y siempre, o casi, la disculpa por sus errores. Un lobo solitario, al acecho de pases perdidos, de balones rebotados.

"Zidane es el cl¨¢sico jugador que lo tiene todo", dice Vieri, "carrera, fuerza, clase". "Vieri ser¨¢ implacable y aprovechar¨¢ el m¨ªnimo error", dice Zidane.

El triunfo de uno significar¨¢ hoy el fracaso del otro. No hay derecho.