Una adelantada a su tiempo

Lil¨ª ?lvarez, la primera gran estrella del deporte espa?ol, falleci¨® ayer en Madrid apenas un mes despu¨¦s de cumplir los 93 a?os. M¨¢s all¨¢ de una tenista pionera que lleg¨® tres veces a la final del torneo de Wimbledon, o de su brillo en otras modalidades deportivas, fue una mujer autodidacta que rompi¨® moldes, una adelantada a su tiempo. Fruto de una intensa actividad intelectual fueron sus numerosos libros sobre feminismo, religiosidad y deporte, los grandes pilares de su vida. Con su muerte se va uno de los personajes m¨¢s profundos que han surgido del deporte espa?ol.Cuando hace pocos a?os Arantxa S¨¢nchez Vicario y Conchita Mart¨ªnez empezaron a rondar los triunfos en los grandes torneos, no hubo m¨¢s remedio que recordar la historia que muchos ni conoc¨ªan. Se hab¨ªa rememorado con motivo del triunfo de Santana en 1966, pero no era lo mismo. Ella, Lil¨ª, era mujer. En los a?os 1926, 1927 y 1928, aunque pareciera incre¨ªble, una espa?ola hab¨ªa rozado el ¨¦xito en el torneo m¨¢s prestigioso del mundo. En la primera de las ocasiones, con los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en el palco de honor, incluso lleg¨® a tener el partido casi ganado ante Kitty MacKane. Perdi¨® el primer set por 6-2, gan¨® el segundo por 6-4 y logr¨® ponerse 4-1 y 40-15 con ventaja en el tercero. Pero ella misma coment¨®: "Se me fue el santo al cielo, no s¨¦ si el cansancio...". Las otras dos finales las perdi¨® claramente con Helen Willis, una de las grandes figuras de la historia.

The se?orita no logr¨® la victoria como Conchita Mart¨ªnez en 1994 y tampoco el reconocimiento en Espa?a que se le deb¨ªa por su enorme nivel. Tambi¨¦n gan¨®, con la holandesa Kea Baumann, una final de dobles en Roland Garros, torneo entonces de mucho peor nivel y en el que jug¨® cuatro veces, aunque sin pasar individualmente de semifinales. Una mujer at¨ªpica, contestaria con sus actos, ten¨ªa ya razones sobradas para su guerra contra el machismo.

Elia Mar¨ªa Gonz¨¢lez-?lvarez y L¨®pez Chicheri naci¨® en Roma el 9 de mayo de 1905 y gran parte de su infancia transcurri¨® en Suiza, adonde la familia se traslad¨® a causa de una grave enfermedad de su madre. Fuera de Espa?a, el deporte result¨® para ella moneda com¨²n. A los 13 a?os ya ganaba campeonatos de tenis en Suiza, pero tambi¨¦n esquiaba y patinaba sobre hielo. Y era capaz de hacer hasta 30 carambolas seguidas y vencer al billar a muchos hombres. Despu¨¦s, se confirm¨® como una consumada conductora de coches y hasta venci¨® en el campeonato alem¨¢n de baile de tango en 1923. Con un bagaje tan polifac¨¦tico, no fue extra?o que a su vuelta a Espa?a tuviera problemas. Lo hizo en 1939, al t¨¦rmino de la Guerra Civil, tras separarse de su marido franc¨¦s, el conde la Vald¨¨ne, y de perder el hijo que esperaba. Le hab¨ªa conocido en Madrid, donde a partir de 1931 ejerci¨® a veces como corresponsal del diario ingl¨¦s Daily Mail.

A¨²n gan¨® campeonatos de Espa?a de tenis y de esqu¨ª, as¨ª como el Circuito de Catalunya de automovilismo. Pero acab¨® siendo sancionada por su rebeld¨ªa contra el machismo imperante. En Candanch¨², en 1941, incluso insult¨® al jurado por su discriminaci¨®n, pues hab¨ªan dejado esperando a las mujeres participantes, mientras compet¨ªan los hombres. La Espa?a franquista de la Secci¨®n Femenina no era precisamente un refugio apropiado para su talante. Sin embargo, sus convicciones feministas y, sobre todo, religiosas, fueron imparables. Cristiana progresista, fue una de las pioneras en intentar romper con el nacional-catolicismo imperante. A libros como Plenitud, Feminismo y espiritualidad o La religiosidad masculina y su desdicha, uni¨® otros como El mito del amateurismo o el ¨²ltimo, La gran explicaci¨®n desde la vida y el deporte, presentado el pasado 11 de mayo.

Como casi siempre, y justamente en una coincidencia significativa en su caso, la medalla de oro al m¨¦rito deportivo ha llegado tarde para L¨ªl¨ª. Ser¨¢ entregada a t¨ªtulo p¨®stumo el d¨ªa 25, durante el encuentro Espa?a-Estados Unidos, de la Copa Federaci¨®n de tenis femenino.