Cuenta atr¨¢s para nuevos enfrentamientos en el Ulster tras fracasar la mediaci¨®n de Blair
La cuenta regresiva para el posible estallido de un nuevo conflicto en el Ulster comenz¨® poco antes del mediod¨ªa de ayer en Londres cuando l¨ªderes protestantes de la Orden de Orange emergieron de Downing Street con el ce?o fruncido y las manos vac¨ªas. Tal como estaba previsto, el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, que les hab¨ªa recibido en su despacho durante hora y media, se limit¨® a escucharles. Luego les dijo categ¨®ricamente que Londres no piensa alterar su oposici¨®n al desfile de orangistas por Garvaghy Road, la arteria del barrio cat¨®lico de Portadown.
Por su parte, la delegaci¨®n orangista notific¨® formalmente a Blair que los protestantes de Portadown piensan desfilar de todas maneras. La reuni¨®n en Londres marc¨® un hito en la grave crisis iniciada el domingo, cuando centenares de orangistas intentaron en vano avanzar hacia Garvaghy Road y fueron impedidos por un recio dispositivo policial que permanece en estado de alerta en torno a la iglesia de Drumcree. El Gobierno de Blair se mantiene tan firme como el desaf¨ªo orangista que de Drumcree puede ampliarse hasta Belfast y el resto del Ulster el lunes, fecha culminante de su calendario de desfiles.Downing Street eligi¨® un lenguaje amortiguado para referirse a la crisis que ya ha desatado la peor ola de violencia protestante en dos a?os. Un portavoz de Blair describi¨® el encuentro como "perfectamente amigable y constructivo". Admiti¨® que existe "una situaci¨®n muy dif¨ªcil" y que, no obstante los intensos esfuerzos pol¨ªticos de Belfast, Londres, Dubl¨ªn y Washington, "las dificultades permanecen". Blair, subray¨® su portavoz, "no est¨¢ en condiciones de revocar la decisi¨®n de la Comisi¨®n de Desfiles".
Ese organismo decret¨® la semana pasada la prohibici¨®n del desfile orangista por Garvaghy Road, que los protestantes defienden como un derecho leg¨ªtimo a conmemorar la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre Jaime II en 1690 y que los nacionalistas cat¨®licos ven como una afrenta triunfalista innecesaria e intolerable.
De retorno en Irlanda del Norte, la delegaci¨®n orangista presidida por Dennis Watson, gran maestre de la Orden de Orange de Portadown, sosten¨ªa anoche reuniones con los l¨ªderes del asedio de Drumcree que acampan en una ciudadela de tiendas de campa?a.
No hubo comunicado oficial, pero en medios orangistas era dif¨ªcil disimular el malestar hacia Blair, que ha ordenado a tropas brit¨¢nicas y la polic¨ªa del Royal Ulster Constabulary (RUC) que repelan en¨¦rgicamente cualquier intento por violar la prohibici¨®n o de iniciar una ola de bloqueos y huelgas.
"Paralizar el pa¨ªs"
David McNarry, miembro del comit¨¦ estrat¨¦gico de los orangistas, amenaz¨® p¨²blicamente con "paralizar el pa¨ªs en cuesti¨®n de horas". Pero el dirigente orangista Robert Saulters desminti¨® acusaciones de que el objetivo del movimiento es promover el fracaso de la Asamblea auton¨®mica elegida hace menos de tres semanas. "?ste no es un movimiento pol¨ªtico, es un movimiento que intenta frenar el apartheid cultural en Irlanda del Norte", dijo.Como los numerosos llamamientos para mantener la profunda decepci¨®n e ira orangistas en el plano de la protesta pac¨ªfica han ca¨ªdo en saco roto, los norirlandeses se aprestaban ayer a vivir d¨ªas extremadamente dif¨ªciles y peligrosos para el incipiente proceso de paz en el Ulster. Las exhortaciones p¨²blicas de la Orden de Orange no han tenido efecto alguno entre los paramilitares lealistas enemigos del proceso de paz y que ven en la crisis de Drumcree una oportunidad inmejorable para torpedear el proyecto, empujando al Ulster hacia un nuevo espasmo de violencia y terror.
Entre la ma?ana del mi¨¦rcoles y la de ayer, extremistas protestantes enmascarados lanzaron un total de 64 ataques contra las fuerzas de seguridad, en muchos casos utilizando armas de fuego e incluso granadas. Por lo menos 50 polic¨ªas han resultado heridos desde el estallido de los disturbios el domingo pasado. Hasta ayer el n¨²mero de detenciones ascend¨ªa a 125 y el de ataques con bombas incendiarias a 509, seg¨²n datos difundidos por la oficina de la Royal Ulster Constabulary.
El riesgo de un enfrentamiento cruento en Drumcree qued¨® ilustrado cuando la polic¨ªa se vio forzada a disparar balas de pl¨¢stico contra un grupo de manifestantes que intentaron atravesar las barricadas tras superar tres hileras de alambradas y cruzar el foso utilizando como puente el tronco de un ¨¢rbol. No hubo heridos.
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