El nuevo paisaje humano, argumento de las exposiciones fotogr¨¢ficas de Arl¨¦s
El encuentro anual en torno a la imagen se centra en las posibilidades del idioma visual
Una de las primeras aplicaciones de la fotograf¨ªa, desde su invenci¨®n, fue sin duda el haber introducido al individuo -o el sentimiento de la realidad de ¨¦ste- en el campo de la representaci¨®n. La fotograf¨ªa, seg¨²n explica Giovanna Calvenzi, directora art¨ªstica de la presente edici¨®n de los Encuentros Internacionales de la Fotograf¨ªa de Arl¨¦s, nos ha ense?ado a ver un nuevo paisaje humano, desde el cual podemos situarnos en otro de un car¨¢cter m¨¢s global.
Los Encuentros Internacionales de la Fotograf¨ªa de Arl¨¦s (Rencontres Internationales de la Potographie: RIP) giran, en la presente edici¨®n, en torno al sugestivo tema monogr¨¢fico de Un nuevo paisaje humano. Cada a?o se nombra un nuevo comisario que los marca con su impronta personal; concretamente, ahora los dirige Giovanna Calvenzi (profesora de Historia de la Fotograf¨ªa en Mil¨¢n (1973-1978), en cuyo curr¨ªculo consta el haber trabajado para el Corriere della Sera, Vanity Fair y directora de fotograf¨ªa del magac¨ªn Specchio, el suplemento del diario La Stampa.Estas aclaraciones biogr¨¢ficas son necesarias para entender la construcci¨®n del programa de exposiciones (proyecciones, talleres y dem¨¢s acontecimientos paralelos que los estructuran) y que tienen lugar a lo largo de este mes hasta el 16 de agosto; la seriedad de la comisaria posiblemente marque la resurrecci¨®n de este festival de referencia (imitado hasta la saciedad en el medio y que ahora realiza su 29? edici¨®n) y que, lamentablemente, parec¨ªa haber perdido su identidad.
Unos Encuentros que participan ¨²ltimamente del determinismo impuesto por la personalidad de quien los dirige y que ahora Calvenzi parece haber logrado sacar de la tediosa programaci¨®n de los ¨²ltimos cat¨¢logos de los RIP, fundados hace 29 a?os por el escritor Michel Tournier, el fot¨®grafo Lucien Clergue y Jean-Maurice Roquette.
Lenguajes diversos
Entre sus principales muestras (son muchas y dispersas, como en todo este tipo de eventos) constan las de Federico Patellani, en el apartado dedicado a Las fuentes de la visi¨®n contempor¨¢nea, en donde se conjuga el lenguaje tradicional de la instant¨¢nea con los tics propios que marcan las prisas del oficio de un reportero gr¨¢fico cuya mirada evidencia la crueldad desde la perspectiva documental (sin obviar la clave de quien lo realiza en un espacio po¨¦tico) y se considera un obseso del documento. Antropolog¨ªa voluntaria, Entre profesi¨®n y b¨²squeda pl¨¢stica, junto a Sociolog¨ªa de los comportamientos, el artista y la representaci¨®n de s¨ª mismo, conforman los otros apartados b¨¢sicos del cat¨¢logo.Una lecci¨®n de antropolog¨ªa involuntaria queda patente en el trabajo de un fot¨®grafo de estudio establecido en un peque?o pueblo de Arkansas, que registr¨® los rostros de un buen n¨²mero de sus conciudadanos entre 1939 y 1949 (rescatado para la ocasi¨®n por el comisario de la exposici¨®n, Martino Marangoi). Era el estudio Disfarmer (seud¨®nimo de su titular Mike Meyer -Arkansas, 1884-, 1959). Fotograf¨ªas de estudio (un gabinete m¨¢s entre todos los del mundo) que manifiesta la magia de unos rostros encantados de dejarse retratar, posar y, adem¨¢s, como expresa el fot¨®grafo, "el haberlo hecho con gentes que est¨¢n dispuestas a pagar este privilegio".
En el cap¨ªtulo denominado Entre profesi¨®n e investigaci¨®n pl¨¢stica destaca la exposici¨®n de David LaChapelle (Connecticut, 1963) y sus experimentos con la teatralizaci¨®n de sus personajes; 40 fotograf¨ªas que recrean un mundo de fantas¨ªa cuyos protagonistas son estrellas, principalmente del cine y de la m¨²sica, sin otro fin que entregarse la foto aplicada a la publicidad y la moda.
El nuevo paisaje humano, gen¨¦rico de la convocatoria, se construye en torno a las fotos en gran formato de Massimo Vitali (Come, Italia, 1944) centradas en el universo sociol¨®gico de las vacaciones, el de los placeres vistos desde la perspectiva de los veraneantes de las playas italianas, captados no desde una visi¨®n minimalista ni conceptual, sino desde la globalidad de quien lo integra en la geograf¨ªa de los mapas del mundo, y que a su vez los compatibiliza con los detalles (propios de una pintura flamenca) de los microacontecimientos y las microrrelaciones que puntualmente se producen en estos ¨¢mbitos.
Entre la totalidad de la programaci¨®n, destaca Sc¨¦ne de la s¨¦duction (Escena de la seducci¨®n), es el gen¨¦rico de una exposici¨®n (Plais de l'Archevech¨¦; Arl¨¦s) que re¨²ne obras de ochoautores de distinta procedencia geogr¨¢fica y tambi¨¦n practicantes de est¨¦ticas diversas -Pierre Molinier (Francia), Cindy Sherman (EE UU), Yasumasa Morimura (Jap¨®n), Dieter Appelt (Alemania), Urs L¨¹thi (Suiza), Sophie Weibel (Francia) y Samuel Fosso (Rep¨²blica Centroafricana)- que centran acertadamente sus producciones sobre el sugestivo tema de la seducci¨®n como argumento.
Todos ellos aportan registros que parten de la puesta en escena de sus actores (mejor que modelos), instant¨¦neas cuyo denominador com¨²n son los personajes travestidos, la abundancia de maquillajes, las actuaciones extremas en las que la m¨ªmica resulta fundamental, como tambi¨¦n lo es todo lo ortop¨¦dico aplicado al teatro como receta capaz de inventar un otro yo y a la vez darle cuartel a cualquier instancia de la metamorfosis visual.
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