"Hacen falta expertos que estudien las plagas de langosta en su lugar de origen"
, En busca de las rutas de migraci¨®n de la langosta del Desierto, Eugenio Morales Agacino recorri¨® a lomo de camello miles de kil¨®metros del norte africano; en una de sus expediciones descubri¨® el santuario de las focas monje en la costa del S¨¢hara; m¨¢s tarde, comisionado por la FAO, viaj¨® por Ir¨¢n y M¨¦xico ayudando en la lucha contra las plagas agr¨ªcolas; en los ¨²ltimos a?os asesor¨® al Ministerio de Agricultura en calidad de experto en langostas, saltamontes y chicharras. Heredero de la ilustre tradici¨®n de los naturalistas espa?oles, Morales Agacino acaba de ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Aut¨®noma de Madrid en reconocimiento a su dilatada trayectoria de entom¨®logo.Pregunta : ?C¨®mo ha variado la situaci¨®n en Espa?a respecto de las plagas de langosta desde que comenz¨® sus trabajos en los a?os 40?
Respuesta: Ha mejorado notablemente. Los dos focos de langostas en territorio espa?ol, localizados en La Serena, en Extremadura, y en Los Monegros, en Arag¨®n, se encuentran totalmente controlados gracias a la vigilancia y al trabajo conjunto de entom¨®logos, agr¨®nomos y autoridades. Aunque el peligro mayor siempre ha venido del norte de Africa, representado por las migraciones de las temibles langostas del Desierto, una variedad que duplica en tama?o a la de la Pen¨ªnsula y que forma nubes de hasta mil millones de voraces ejemplares. Pero tampoco existe un peligro de invasi¨®n inmediato desde el otro lado del estrecho.
P. ?Como se puede saber si hay una invasi¨®n en ciernes?
R. Por el color de los espec¨ªmenes en su lugar de origen, el Africa sub-sahariana. En su estado normal de vida sedentaria, los saltamontes presentan unas manchas oscuras en su caparaz¨®n. Estas se aclaran si los insectos se encuentran en una fase gregaria, el preludio de la migraci¨®n. Tenga en cuenta que lo que diferencia a un saltamontes de una langosta es su comportamiento. Cuando por cambios clim¨¢ticos los vegetales de una regi¨®n disminuyen, los saltamontes, faltos de alimentos, se concentran en ciertos puntos y emigran masivamente al Norte, a la Cuenca Mediterr¨¢nea: se han convertido en langostas. La migraci¨®n es su respuesta defensiva a una alteraci¨®n en la din¨¢mica de su biotopo.
P. ?Hay controles internacionales de la langosta migratoria?
R. La situaci¨®n ha mejorado mucho desde que en 1951 la FAO auspici¨® una conferencia internacional sobre la langosta y los expertos reunidos no lleg¨¢bamos a diez. La penuria de especialistas e investigaciones se deb¨ªa en parte al desinter¨¦s de las compa?¨ªas fabricantes de insecticidas por atacar al mal en su ra¨ªz: les resultaba m¨¢s c¨®modo y m¨¢s rentable vender enormes cantidades de sus productos a los agricultores cuando la plaga era inminente. Una de mis luchas ha sido insistir en la adopci¨®n de medidas preventivas, desde la introducci¨®n del riego en las zonas castigadas por la sequ¨ªa hasta el uso de insecticidas en los sitios donde los insectos comienzan a concentrarse. Pese a los innegables avances y a la mejor coordinaci¨®n internacional, sigo pensando que hacen falta m¨¢s equipos dedicados al estudio de los biotopos donde se origina la plaga.
P. Usted realiz¨® varias campa?as en los a?os 40 al entonces S¨¢hara espa?ol. ?Qu¨¦ aportaron sus expediciones al conocimiento de la plaga?
R. De la mano de los pastores saharauis, que eran quienes mejor conoc¨ªan el terreno y su fauna, pude identificar los sitios donde los insectos ponen sus huevos y se desarrollan, y las rutas que siguen en los per¨ªodos de invasi¨®n por el interior del S¨¢hara Espa?ol y de Marruecos, as¨ª como los vientos que pueden desviarlas a las Islas Canarias. En el curso de esas exploraciones realic¨¦ otro descubrimiento, no relacionado con las langostas, pero que tuvo considerable repercusi¨®n: el hallazgo del refugio de las ¨²ltimas focas monje, en las grutas de La Cueva de Morales. El descubrimiento de esa colonia en 1945, cuando se la daba por pr¨¢cticamente extinguida, supuso un fuerte argumento a favor del actual proyecto internacional a favor de su conservaci¨®n.
P. Usted ha realizado la mayor parte de su carrera sobre el terreno, al estilo de los antiguos naturalistas. ?Se va perdiendo esta tradici¨®n?
R. En los ¨²ltimos a?os se est¨¢ recuperando gracias al giro hacia el medio ambiente que ha experimentado la biolog¨ªa. Sin embargo, la mayor¨ªa de los j¨®venes investigadores no salen al campo, se ponen una bata blanca y se dedican a mirar por el microscopio. Se olvidan que el trabajo en la naturaleza es el complemento esencial del laboratorio, adem¨¢s de algo apasionante. Siempre digo que me hubiera gustado nacer en el siglo de Carlos III y formar parte de aquellos naturalistas que ten¨ªan el continente americano a su disposici¨®n.
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