La factura del campe¨®n
"Ayer fui campe¨®n ol¨ªmpico cinco o seis veces". Lo fue mientras corr¨ªa por el parque de El Prado, en Vitoria, su circuito habitual de entrenamiento. ?sta es la preparaci¨®n psicol¨®gica que practica Mart¨ªn Fiz mientras da cuenta de los 220 kil¨®metros semanales pateando el asfalto. Con las zapatillas calzadas, el mejor atleta vasco de la historia se motiva imaginando victorias heroicas, gestas mundiales y proezas imposibles. As¨ª huye de "la soledad del maratoniano". Es el precio que paga por haber elegido una profesi¨®n dur¨ªsima y la servidumbre de un campe¨®n al que se le exige rozar lo inhumano. Mart¨ªn Fiz encuentra tantas ventajas como inconvenientes a su trabajo. El dinero y la popularidad, por un lado, y el riesgo de lesiones cr¨®nicas y la moderaci¨®n alimenticia, por otro. "Lo del dinero es relativo porque yo me jubilar¨¦ con 37 a?os, mientras que cualquier trabajador lo har¨¢ con 65", apunta Fiz. En cambio, la certeza de "pasar hambre" es un fastidio enorme. Tanto como el temor a "sufrir secuelas graves en los tendones como consecuencia del castigo diario al que se ven sometidos por la acci¨®n de correr", o "los problemas vasculares que podemos tener los maratonianos cuando dejamos la competici¨®n". Fiz sac¨® a colaci¨®n la an¨¦cdota del m¨¦dico que le diagnostic¨® un "principio de infarto" cuando examin¨® sus an¨¢lisis de sangre tras correr su primer marat¨®n. Es la cara y la cruz del deporte de ¨¦lite. Mart¨ªn Fiz desgran¨® las dos caras de la moneda ante un auditorio joven, asistente a un curso de verano de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) sobre C¨®mo se hace un campe¨®n. Record¨® el d¨ªa en que su m¨¦dico y preparador f¨ªsico, Sabino Padilla, le recomend¨® abandonar el medio fondo y el cross para probar el marat¨®n. Fue a ra¨ªz de la Olimpiada de Barcelona: "Particip¨¦ en la prueba de 5.000 metros y tom¨¦ conciencia de que era el m¨¢s lento, de que mi motor era diesel. A continuaci¨®n, Sabino apreci¨® en unas pruebas m¨¦dicas que los niveles de ¨¢cido l¨¢ctico eran inferiores a los de cualquier atleta. Corr¨ª mi primer marat¨®n en Helsinki y gan¨¦", resumi¨® aquella etapa Fiz. Y hasta hoy. Con 11 maratones a sus espaldas, el atleta ha logrado un campeonato y un subcampeonato del mundo, y un campeonato de Europa, entre otras haza?as. Tuvo que modificar el estilo de correr reduciendo el movimiento pendular de sus piernas para gastar menos energ¨ªa, el modo de bracear, la alimentaci¨®n y, sobre todo, la mentalizaci¨®n. Pierde entre cuatro y cinco kilos en cada prueba, reduce uno o dos cent¨ªmetros su estatura por carrera, aunque despu¨¦s lo recupera con la hidrataci¨®n. Su m¨²sculo est¨¢ m¨¢s estimulado por las tardes, y entonces aprovecha para hacer los entrenamientos de calidad. Corre series de 1.000 metros a 22 kil¨®metros por hora. A pesar de su austera alimentaci¨®n reconoce que su peor enemigo son los ataques de ansiedad previos a una gran carrera. Le sucedi¨® antes del Mundial de Atenas (1996). ?stas son algunas de las peculiaridades que distinguen a Mart¨ªn Fiz, cuya preparaci¨®n f¨ªsica se asoma ahora a la segunda puesta a punto del a?o. El ciclo anual tiene dos puntos de inflexi¨®n: en primavera (marzo-abril) y en agosto. "S¨®lo hay dos semanas de descanso activo al a?o. El resto es correr y correr", advierte el atleta vitoriano, que de vez en cuando tambi¨¦n hace una incursi¨®n publicitaria o una sesi¨®n fotogr¨¢fica para engordar su cuenta corriente. Reconoce sin complejos que tiene una espina clavada desde que fue derrotado por Abel Ant¨®n en Atenas. Aquella p¨¢gina de su historial deportivo, junto al cuarto puesto en la Olimpiada de Atlanta, quiere borrarla batiendo al atleta soriano en el Mundial de Sevilla (1999) y colg¨¢ndose la medalla de oro en la pr¨®xima Olimpiada. Mart¨ªn Fiz est¨¢ dando sus ¨²ltimas zancadas en la c¨²spide del atletismo. Despu¨¦s de Sidney 2000, con 37 a?os, se retirar¨¢. Entretanto seguir¨¢ so?ando en los entrenamientos. "Espero que no me ocurra como a un contrincante m¨ªo: la v¨ªspera de la carrera so?¨® que ganaba y cuando se levant¨® el d¨ªa de la competici¨®n ten¨ªa agujetas".
Mirando de reojo al Tour
El revuelo que envuelve al Tour de Francia a resultas del caso Festina no est¨¢ pasando desapercibido para Mart¨ªn Fiz. Los casos de dopaje le sensibilizan sobremanera, porque sufre en sus carnes la presi¨®n de la sospecha constante, la vigilancia de los m¨¦dicos de la Federaci¨®n Internacional de Atletismo (IAF) y la persecuci¨®n de la prensa internacional. "Estamos sometidos a revisiones continuas en competiciones y en entrenamientos. Esto es muy duro, por eso s¨¦ lo mal que puede sentirse ahora un ciclista", declar¨® Fiz. El atleta vitoriano proclama la pr¨¢ctica del deporte de forma "sana y austera", sin otro a?adido a la dieta alimenticia que los complementos vitam¨ªnicos. Y advierte del peligro de "suministrar sustancias peligrosas a los j¨®venes deportistas con la intenci¨®n de llevarlos a cualquier precio hasta la fama". Y sentencia: "Eso no debe hacerse nunca. Ni siquiera si te prometen que tomando algo ser¨¢s campe¨®n del mundo".
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