Tres de cada cuatro marroqu¨ªes quieren cruzar el Estrecho
Una encuesta de la consultora L¨¦ger&L¨¦ger revela que el 72% de los marroqu¨ªes quieren emigrar. La mayor¨ªa aplastante de la poblaci¨®n sue?a con un El Dorado allende el Estrecho. "La miseria, el paro y la represi¨®n les empujan hacia el Norte", asegura el semanario independiente Le Journal. Y entre la poblaci¨®n menor de 30 a?os, un 89% desea instalarse en el extranjero; como el 68% de las mujeres, supuestamente m¨¢s conservadoras. Parados, universitarios, hombres y mujeres, j¨®venes... todos quieren huir.
"Me lo estoy pensando", dice Said, padre de dos hijos, que vive en una chabola en Temara, cerca de Rabat. La empresa en la que trabajaba cerr¨® por capricho del due?o. Ahora est¨¢ en paro. Su mujer tiene un empleo precario, como sirvienta en una casa de extranjeros. Justo para vivir. Said puede ser uno de los miles de marroqu¨ªes que quieren emigrar a Europa. Su duda no es ni el dinero ni los riesgos del viaje, sino tener un lugar de acogida. "Aqu¨ª no se puede vivir", asegura. Si al otro lado le esperara alguien de su familia, de su pueblo o de su barrio, Said no lo dudar¨ªa.Sobrevivir en Marruecos resulta cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil para quien no tiene un padrino que le d¨¦ trabajo. Y con un salario m¨ªnimo de 1.200 dirhams (unas 20.000 pesetas) no se puede llegar a fin de mes en un pa¨ªs cuyos precios son equiparables a los europeos. A pesar de haberse triplicado en los ¨²ltimos a?os el n¨²mero de marroqu¨ªes que realizan "trabajos informales" (econom¨ªa sumergida), la ¨²nica esperanza para cientos de miles de personas consiste en atravesar el Estrecho.
El pasado viernes fue interceptado en Lampedusa, en Sicilia, un grupo de 90 marroqu¨ªes. Cada d¨ªa hay m¨¢s mujeres y adolescentes que intentan la aventura en solitario. Hace pocas semanas fueron hallados en Casablanca los cuerpos de varios muchachos que murieron asfixiados en las bodegas de un barco. Las autoridades marroqu¨ªes inspeccionan los camiones de transporte internacional y abren sistem¨¢ticamente los contenedores que van a ser cargados en los muelles portuarios.
Pero para huir del pa¨ªs es mejor recurrir a la red: las mafias que cobran hasta 25.000 dirhams a cada aspirante a la inmigraci¨®n ilegal. En todos los barrios populares, en los suburbios de chabolas, en todos los pueblos hay una antena de la red. Una vez pagado el precio, el candidato espera que se le comunique el d¨ªa, hora y lugar de la partida. Los ni?os y mujeres pagan lo mismo. No se hacen descuentos. La red les ofrece trasladarlos hasta alg¨²n punto de Italia, Francia o Espa?a. Pero se limita a dejarlos a 200 metros de las costas europeas.
La mayor parte de los que intentan la traves¨ªa del Estrecho no provienen de las provincias marroqu¨ªes lim¨ªtrofes con Ceuta y Melilla, sino del Marruecos m¨¢s profundo, de las estribaciones del alto Atlas, a cientos de kil¨®metros de la costa. La red les transporta hasta alguna de las playas del Rif, donde les espera una patera. Pero tambi¨¦n es frecuente partir de playas del Atl¨¢ntico situadas hasta 150 kil¨®metros al sur del Estrecho, a una noche de traves¨ªa hasta Espa?a.
Las polic¨ªas europeas apenas consiguen interceptar a un 15% de los inmigrantes clandestinos. Marruecos no se pronuncia sobre tan espinosa cuesti¨®n. "Mientras persistan las causas socio-econ¨®micas de la emigraci¨®n, ninguna barrera podr¨¢ impedirla", confiesa una fuente del Ejecutivo de Rabat, que advierte: "El esfuerzo financiero y policial para impermeabilizar la frontera con Ceuta y Melilla es un gasto in¨²til".
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