Caspa rusa
La alopecia en ballet cl¨¢sico es un mal mundial. Casi siempre acompa?ada de su m¨¢s molesta manifestaci¨®n: la pertinaz caspa, el desecho. Hay nubes transoce¨¢nicas de caspa ballet¨ªstica desde los montes Urales hasta el Pac¨ªfico, pasando por el eje de los tr¨®picos; especie de Chern¨®bil esc¨¦nico, tan contaminante metaf¨®ricamente hablando como el primero.Se le cae el pelo al p¨²blico de tristeza, y entendamos que se le hab¨ªa ca¨ªdo antes a los danzantes de inconsciencia e irreverencia ante el arte acad¨¦mico de la danza. Y no es justo, ni de recibo. Tantas veces se dice que el ballet es sagrado, que tal aserto facilita el brote de caspa sacr¨ªlega que desarma m¨¢s que enerva. Si los core¨®grafos Petipa, Lavrosky y Dolin hubieran levantado la cabeza apenas un minuto anteanoche, el descabello hubiera tenido efectos fulminantes. Hubo sonoro pateo en el Conde Duque, y con raz¨®n.
Ballet de Mosc¨²
"La Bella Durmiente:" Petipa-Chaikovski; "La noche de Valpurgis:" Tmour Faiziev-Gounod; "Grand Pas de Quatre:" Dolin-Pugni; "Gopak"Cuartel del Conde Duque de Madrid. 3 de agosto
El programa empez¨® con una mal cosida versi¨®n de Las bodas de Aurora. Y en medio brill¨® aisladamente la joven bailarina Natalia Chekhovskaia en el papel de la Princesa Durmiente. Ella tiene cierta majestad en su ¨¦paulement y una particular riqueza musical, que constituy¨® lo ¨²nico resaltable de toda la velada y que se liberaba de la epidemia universal de descamaci¨®n cut¨¢nea.
Caricatura
Despu¨¦s, la furia her¨¦tica se posesion¨® del gran escenario en La noche de Walpurgis, una caricatura grotesca de la coreograf¨ªa original de Lavrosky, a quien ni se le menciona en el programa por aquello de la cortes¨ªa con los muertos. El vestuario, de saldo y como sacado de un caj¨®n de desastres, mientras el apogeo del enga?o y el camelo lleg¨® con el Grand Pas de Quatre, y hay que decir que las bailarinas de este cl¨¢sico rom¨¢ntico no tienen culpa de nada: el horror est¨¢ en la revisi¨®n chapucera de la coreograf¨ªa de Dolin. La conocida bailarina de origen kirguiz Elena Ohssova hubiera resultado una solvente Taglioni en unas manos m¨¢s decentes.
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