Atalaya de tierra adentro Las ordenanzas garantizan el urbanismo fiel al pasado
La poblaci¨®n de Biar posee en torno a su castillo un atractivo trazado de calles y edificios con historia, que mantienen la complicidad con el espacio urbano que crearon los ¨¢rabes y posteriormente ampliaron las gentes del medioevo. En cada ¨¦poca el centro urbano asumi¨® su funci¨®n de prolongaci¨®n de esta atalaya de tierra adentro, cuya poderosa presencia se divisa a muy larga distancia. Para llegar a Biar desde Alicante capital, el trayecto m¨¢s directo circula por la carretera que acompa?a el valle del r¨ªo Vinalop¨® hasta Villena, y a siete kil¨®metros se encuentra Biar. Las ordenanzas municipales son estrictas, y gracias a esa dureza han garantizado la permanencia de la imagen hist¨®rica de la villa. El viajero puede constatar todav¨ªa el placer de andar sobre adoquines y de asomarse a balcones cerrados con verjas de hierro forjado. Las fachadas de las casas mantienen vivos sus colores para diferenciarse unas de otras. En realidad en Biar todo est¨¢ dispuesto y pensado para trasladarse a la memoria de un pasado, donde el castillo ejerci¨® de faro y gu¨ªa de guerreros y caminantes. Situada en la comarca de L"Alcoi¨¤, y a los pies de la sierra del Fraile, Biar forma parte de una l¨ªnea geogr¨¢fica de fortalezas desde las que se tuvo un punto privilegiado de observaci¨®n en los conflictos mon¨¢rquicos. La conquista de su castillo por el rey Jaime I en el a?o 1245, despu¨¦s de un prolongado asedio de medio a?o, constituye uno de los episodios notables de la cr¨®nica medieval de la Reconquista en tierras valencianas. Despu¨¦s de este hecho hist¨®rico, en la vecina poblaci¨®n de Campo de Mirra (antes llamada Almizra) se firm¨® un tratado en el que se intent¨® fijar, una vez m¨¢s, la d¨¦bil y flexible frontera entre los reinos de Castilla y Valencia. Ambas coronas hab¨ªa puesto su ambici¨®n en estos mismos territorios del interior, por el deseo de ampliar sus dominios a costa de incorporar los enclaves abandonados de los ¨¢rabes. En la poblaci¨®n de Biar, al igual que en otros lugares, los musulmanes pudieron seguir viviendo en la villa una vez que aceptaron el nuevo poder aragon¨¦s. Este castillo medieval de doble muralla abre el paso al visitante por una puerta de medio punto situada entre dos torres. La alta torre del homenaje tiene una importante sala de armas. En su segunda planta presenta una b¨®veda de escayola formada por ocho arcos apuntados, que en su centro dibujan una sugestiva roseta. Los habitantes de Biar son maestros del turr¨®n, tal vez por su car¨¢cter de villa desde donde se pueden acceder a la comarca turronera de La Hoya de Castalla y las tierras de Xixona. Tambi¨¦n les caracteriza su curiosa artesan¨ªa de cer¨¢mica vidriada en colores azul y blanco y su habilidad para fabricar juguetes, en especial las mu?ecas repollo. Los edificios m¨¢s representativos son el Ayuntamiento y la iglesia g¨®tica de la Virgen de la Asunci¨®n. Su fachada plateresca es un ejemplo brillante del renacimiento valenciano. Ciertamente se trata de herencias bien conservadas de las gentes que descubrieron estos parajes en el pasado.
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