La verdad
La verdad y s¨®lo la verdad. Eso dijo David Kendall, el abogado del presidente Clinton, que contar¨ªa su defendido en su comparecencia ante un gran jurado primero, y luego, ante su pa¨ªs, para explicar su relaci¨®n con Monica Lewinsky, la becaria que le ha puesto contra las cuerdas por un qu¨ªtame all¨¢ esas pajas o felaciones, que es m¨¢s exactamente lo que ella asegura haberle hecho.Ya lo hab¨ªa dicho en enero, cuando estall¨® el esc¨¢ndalo, s¨®lo que en ambos casos las verdades son distintas. Si entonces Clinton asegur¨® que jam¨¢s hab¨ªa tenido "relaciones sexuales, ni impropias, con esa se?orita", ahora confiesa que s¨ª tuvo "una relaci¨®n f¨ªsica impropia, pero que eso no supone ning¨²n delito". Delito o no, que eso ya lo dir¨¢ el jurado, lo que est¨¢ claro es que el presidente ha mentido en uno de los casos. O en los dos, cualquiera sabe a la vista de sus antecedentes. Lo cual no deber¨ªa extra?ar a nadie, ni en ¨¦l ni en ning¨²n otro presidente de gobierno, teniendo en cuenta la experiencia y lo dif¨ªcil que es definir la verdad cuando el que habla es un pol¨ªtico en activo. Aqu¨ª, en Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, tenemos muchos ejemplos de presidentes que han dicho siempre la verdad, incluso cuando han dicho lo contrario de lo que dec¨ªan. Lo cual lo ¨²nico que demuestra no es que ellos mientan ni se desdigan, sino que los dem¨¢s no comprendemos que la verdad en pol¨ªtica no existe. Todo depende de las circunstancias y de los intereses que persigue el que la dice.
As¨ª que dejemos al pobre Clinton en paz, que bastante tendr¨¢ ya en casa con Hillary. Seguramente es la ¨²nica que no necesita pruebas, ni vestidos manchados de ADN, para saber lo que todo el mundo piensa, incluso los m¨¢s ingenuos o los m¨¢s recalcitrantes defensores de la pureza y honradez de su marido: que, mientras no se demuestre lo contrario, La Verdad es un peri¨®dico de Murcia.
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