Una mirilla en Andaluc¨ªa

"Silencio. Vamos a grabar. Cinco y acci¨®n". Hace un sol de rabiar y dos focos apuntan sin piedad. Es lo ¨²nico que no es ficci¨®n en la Ciudad del Cine del Co¨ªn, donde desde el pasado 10 de agosto se rueda Plaza alta, una serie de que emitir¨¢ Canal Sur cada mediod¨ªa a partir del 14 de septiembre. Todo queda en casa: la productora -Lince Televisi¨®n-, el equipo t¨¦cnico, los actores y hasta la tem¨¢tica son andaluces. Algo que, seg¨²n dicen sus creadores, no se hab¨ªa hecho nunca. "Hu¨ªmos de los t¨®picos, que es lo que ha caracterizado los proyectos de este tipo. No es que tengamos nada en contra de los ?lvarez Quintero, pero eso ya se ha superado. Queremos presentar una Andaluc¨ªa moderna y actual", explica Eduardo Galdo, el productor ejecutivo. Aunque la serie no tenga nada que ver con los sainetes de estos autores dram¨¢ticos, los exteriores no podr¨ªan ser m¨¢s andaluces: una plaza empedrada de pueblo, iglesia incluida, donde todas las fachadas son blancas. "Se trata de dos personajes condenados a amarse eternamente, pero la sombra de un crimen les separa. Es una combinaci¨®n de corte social de intriga y amor. Una versi¨®n moderna del Conde de Montecristo", recita Galdo mec¨¢nicamente en los escenarios que construy¨® la BBC hace siete a?os para rodar El Dorado. ?Un culebr¨®n a la andaluza?. Pues, seg¨²n Vicente Torres, director coordinador de la serie, no. "Nos molesta mucho que lo definan as¨ª", asegura. Por las connotaciones peyorativas que tiene y por las diferencias que existen entre los dos g¨¦neros. ?Cu¨¢les?. El ritmo es m¨¢s r¨¢pido, el final no est¨¢ cerrado -est¨¢ pensado para que en el caso de que tenga un buen ¨ªndice de audiencia se pueda continuar- y el amor no es el ¨²nico protagonista. "Los negocios del vino y el poder tambi¨¦n forman parte de la trama". No es ni m¨¢s ni menos que un intento de reproducir el g¨¦nero televisivo de las soap operas. "La clave es la proximidad con el espectador", explica Torres. Y a?ade: "Es como si tuviera la oportunidad de mirar a sus vecinos por una mirilla, donde los personajes son un ejemplo de las relaciones sociales en Andaluc¨ªa". ?Y qu¨¦ ven? Una escena cotidiana: unos actores charlando en la terraza del bar Juan. ?Y que no van a ver? El ir y venir del personal t¨¦cnico sin camiseta, sus gafas cuadradas negras, sus gorras de artistas americanos y a Lucina Gil: la ¨²nica actriz adem¨¢s de M¨¢ximo Valverde que no es primeriza- que descansa en la piscina mientras memoriza el gui¨®n. "Es curioso que este tipo de productos no se hayan realizado antes en Andaluc¨ªa", dice Torres. "La ficci¨®n funciona muy bien en todas las televisiones autonom¨®micas y las que son a nivel nacional tienen mucha audiencia en esta regi¨®n". Lo sabe por experiencia. Ha dirigido otras producciones de Zepelin como El super o Calle Nueva. Y su tarea en la Plaza Alta terminar¨¢ dentro de poco. "Nuestra misi¨®n es formarles porque aqu¨ª no hay tradici¨®n, pero poco a poco nos iremos retirando y dejaremos solos a Linze Televisi¨®n. Eso es lo bueno, que estamos creando profesionales y escuela en Andaluc¨ªa", dice Torres. Y Gil, que sigue ajena al bullicio de la grabaci¨®n le da la raz¨®n. "Lo bonito es que los profesionales se est¨¢n formando y aprendiendo el oficio aqu¨ª".