Libre como un taxi
Franz Biberkopf, anta?o mozo de cuerda y pe¨®n de alba?il, acaba de salir de la c¨¢rcel. Est¨¢ de nuevo en Berl¨ªn "y quiere ser honrado". As¨ª empieza la novela Berlin Alexanderplatz de Alfred D?blin que en su adaptaci¨®n fue el testamento cinematogr¨¢fico de Rainer W. Fassbinder. La novela de la vida de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos tiene un cap¨ªtulo similar. Acababa de salir de la c¨¢rcel, quer¨ªa ser honrado y en su primer d¨ªa de libertad se compr¨® un chalet archimillonario en la zona m¨¢s exclusiva de El Puerto de Santa Mar¨ªa. Se lo vendi¨® una Osborne que regenta en la patria de Alberti un quiosco de prensa. Una mujer que siempre es noticia o que al menos las vende. La historia forma parte de los chascarrillos portuenses y la reaviv¨® el mensaje que se le¨ªa en una avioneta que surcaba el cielo por encima de los ba?istas de la playa de Vistahermosa: "Rumasa, 15 a?os". El presidente consorte del Rayo Vallecano, depositario de la memoria de Potele y Felines, represent¨® el pulso entre Vistahermosa y Bellavista. En esta playa hay una casa construida por un arquitecto manchego, Paco Racionero, contrapunto del palacio que el marqu¨¦s de Santa Cruz, don ?lvaro de Baz¨¢n, mand¨® construir en plena Mancha, ?nsula Barataria equidistante de C¨¢diz y Lisboa, patrimonio cultural de El Viso del Marqu¨¦s. Este pueblo est¨¢ muy cerca de Calzada de Calatrava, patria chica de Racionero y de su amigo Pedro Almod¨®var. ?n su pen¨²ltima pel¨ªcula, La flor de mi secreto, aparec¨ªa una casa que el arquitecto restaur¨® en Almagro y sale su propia mujer en labores de encajera. En este consulado manchego en la arboleda perdida hay fotos de John Fulton con Juan Belmonte, un americano que muri¨® en Sevilla paseando a caballo con un sevillano que se cas¨® en Am¨¦rica. Est¨¢ en la calle Oc¨¦ano ?ndico, a pocos metros de una playa ba?ada por el Atl¨¢ntico. Ese juego interoce¨¢nico que estaba en la Expo de Lisboa antes de que los piratas dilapidaran su prestigio lo practic¨® Luis Goytisolo. El benjam¨ªn de la saga tiene fundaci¨®n en El Puerto, escribi¨® los guiones televisivos de la serie ?ndico que le llev¨® a Singapur y Manila y desde su palacio de Purullena contempla la grandiosidad del Atl¨¢ntico que se llev¨® al gran poeta local a la otra orilla para hacerlo juglar del Paran¨¢ y del r¨ªo de la Plata. La abeja quincea?era se cruza en su vuelo con tres ?caros del parapente. Que me la pego, leche.
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