LUIS FRANCISCO ESPL? ? MATADOR "El torero es el tonto de este espect¨¢culo"
JOS? EMILIO MUNERAAlicantino del barrio de Los ?ngeles, lleva media vida derrochando vitalidad por los ruedos de Espa?a. Pol¨¦mico cuando quiere, inconformista, agudo conversador, el m¨¢s notable de la saga de los Espl¨¢ rompe con la imagen tradicional del torero. "La cultura es el motor de los cambios sociales", asegura este estudiante de Bellas Artes que tiene al dibujo como otra de sus pasiones. Superada la ¨¦poca del "m¨¢s corn¨¢s da el hambre", Paquito, genio y figura, es el abanderado de la nueva generaci¨®n de matadores vocacionales. Desde su atalaya privilegiada de El Realet, su finca de Relleu, El Bambino lidia la vida con astuta calma. En pleno fragor de la temporada taurina, a Luis Francisco Espl¨¢ s¨®lo le preocupa el caldero que hoy se comer¨¢ en Tabarca. Despu¨¦s de ejercer 22 de sus 41 a?os como maestro lidiador, un arraigado sentido de la realidad le ayuda a esquivar los derrotes de la profesi¨®n. Intransigente en la defensa de sus intereses, admite con sencillez su enemistad con la otra figura alicantina del toreo, Jos¨¦ Mari Manzanares. Pregunta. Usted empez¨® como novillero en Benidorm a los 17 a?os. ?Le queda cuerda para rato? Respuesta. No lo s¨¦. El d¨ªa que me vista de torero y no est¨¦ a gusto, cuando la relaci¨®n con el toro se convierta en algo desagradable o me pregunte en una plaza qu¨¦ co?o hago yo aqu¨ª... Al menor s¨ªntoma me voy a casa. Yo tengo muchos otros argumentos para funcionar en la vida, aunque todos los negocios son ruinosos. Negocios de un rom¨¢ntico como el cultivo de algarrobos o la cr¨ªa de caballos asturcones. Todo son gastos, pero compensa poder hacer lo que te gusta. P. Tras el percance del a?o pasado, con la cogida en el Puerto de Santa Mar¨ªa, esta temporada se le ve m¨¢s satisfecho. R.Satisfecho nunca est¨¢s por bien que vayas. Me hubiera gustado cortar dos orejas en cada tarde de Alicante y una en Valencia, pero he vuelto a cometer fiascos con la espada. Nunca he sido un gran matador con la espada y ten en cuenta que la gente vive de cosas mesurables, y las orejas son esa medida que da a la gente sentido y proporci¨®n de las cosas. P. A usted se le relaciona habitualmente con ganader¨ªas duras vitorinos, miuras... R. Bueno, nadie me llama porque s¨ª a este tipo de corridas. A estas alturas lo que menos me interesa es que me tomen el pelo. Dinero en este espect¨¢culo hay para todo el mundo y Francia es un ejemplo de ello. El problema se produce cuando las cosas se hacen mal y el primer montoncito que se aparta es para el empresario. A partir de ah¨ª no puede funcionar el espect¨¢culo. El torero es el ¨²ltimo eslab¨®n en esta cadena, es el tonto del espect¨¢culo. Cuando la corrida sale de la finca, el ganadero trinca la pasta debajo de la encina; los permisos se pagan por adelantado; aqu¨ª no se queda ning¨²n taquillero ni acomodador sin cobrar... Y al final, a pesar de lo que pone el contrato, al torero se le liquida, a veces, seis meses despu¨¦s. Yo he toreado corridas con el se?or Chopera y las he liquidado en noviembre. P. ?Por qu¨¦ no es partidario de superar las 25 o 30 corridas por temporada? R. Por encima de esa cifra entras en una din¨¢mica que no me interesa. Hoy en d¨ªa falta imaginaci¨®n en el toreo porque el presupuesto no llega, dado que el empresario se aparta su mont¨®n. Nunca me han importado los compa?eros de cartel. Me ha preocupado el toro que voy a matar y, con arreglo al esfuerzo que voy a hacer, la pasta. No por una cuesti¨®n econ¨®mica, sino de prestigio, porque no se r¨ªan de m¨ª, porque haya un precedente para encauzar la voluntad del empresario. En caso contrario, es un cicl¨®n que arrolla todo lo que coge. P. Tambi¨¦n es bastante selectivo a la hora de escoger plaza. R. Hombre, si te sales del circuito de las ferias, ya no prosperas en este negocio. Si te quedas en las plazas de los pueblos, la gente cree que has desaparecido. P. ?Qu¨¦ opina de la reaparici¨®n de su colega y paisano Jos¨¦ Mari Manzanares? R. Que yo sepa, no ha reaparecido como matador a¨²n. ?l tore¨® aqu¨ª, pero mi duda es si ha reaparecido como matador o como becerrista. P. En verdad, son ustedes irreconciliables. R. Lo he dicho siempre. A m¨ª, que me pongan la mano en el pan es la ¨²nica cosa que me rebela. Soy hombre razonable y asequible. Nadie tiene problemas conmigo si se sienta a hablar, pero si me tocan el pan, me como una paella en el cr¨¢neo de uno. No se trata de que haya vencedores y vencidos. Aqu¨ª hay dos se?ores y una l¨ªnea imaginaria, la del respeto. No se puede interferir ni en las econom¨ªas ni en el tema art¨ªstico. Cuando hay un se?or que est¨¢ constantemente pisoteando y arrollando eso, uno reacciona. Pero no me interesa este tema si no preguntais por ¨¦l. Y Manzanares como torero, chapeau, lo he dicho siempre. Lo he alabado y admirado, aunque no lo envidio porque ninguna de sus cualidades me interesa. Yo no me quiero parecer a ¨¦l, ni ¨¦l a m¨ª. Esa es la grandeza del toreo, la variedad. P. ?Existe una escuela valenciana de la tauromaquia? R. Sin ninguna duda. M¨¢s que valenciana, mediterr¨¢nea. Hay unos condicionantes climatol¨®gicos, culturales, geogr¨¢ficos, que inciden tremendamente en la persona y en su forma de ver el mundo. La lectura del toreo que puede hacer un hombre mediterr¨¢neo es totalmente distinta a la que pueda hacer un castellano. Hay una esencia com¨²n que nos hace mediterr¨¢neos. Ahora bien, el concepto del arte es universal y el individuo se identifica con una serie de elementos afines. P. Hablando de arte, ?de d¨®nde le viene su afici¨®n por la pintura? R. M¨¢s que pintar, yo puedo presumir de que dibujo bien. Gracias a ello no me he aburrido en las clases de matem¨¢ticas ni tengo zorra idea de logaritmos y de cosas de esas. Suelo hacer ilustraciones, pero me falta tiempo. Tampoco me quiero plantear la vida como algo angustioso y hago lo que me apetece en cada momento. Est¨¢ bien ir de una presi¨®n org¨¢nica como la que sufres en el ruedo a una presi¨®n intelectual que tienes cuando pintas. Este trasiego de mundos te permite vivir equilibrado. P. ?Tiene la sensaci¨®n de romper con la imagen del torero poco interesado por la cultura? R. ?ltimamente los toreros vienen al toro por vocaci¨®n y esto marca una diferencia generacional. Ya no hay una necesidad econ¨®mica, y esto marca una diferencia importante entre la personalidad de los toreros de antes y los de ahora. P. Y de la pol¨ªtica, ?qu¨¦ visi¨®n tiene? R. Si no fuese tan caro, me parece el espect¨¢culo c¨®mico m¨¢s divertido del mundo. P. ?Qu¨¦ reformas sociales le parecen m¨¢s necesarias? R. Una de las claves de toda sociedad es la cultura. El individuo formado e informado es m¨¢s consciente de su situaci¨®n y de la b¨²squeda de soluciones a la misma. La cultura y la informaci¨®n son la din¨¢mica de todos los cambios sociales. P. ?Hay fraude en el mundo del toro? R. S¨ª lo hay, como en todos lados, pero se ven m¨¢s fantasmas de los que hay en realidad, y ante eso la cautela es mucho mayor. P. ?Piensa en la pr¨®xima corrida? R. Ahora s¨®lo pienso en que voy a comer en Tabarca, a ver c¨®mo me hacen el arroz con caldero. Yo vivo la inmediatez del momento con toda intensidad. Por eso, a las cosas nimias les doy mucha importancia. Al ser presente, se convierten en algo insustituible. P. ?Tiene ya decidido lo que har¨¢ cuando se corte la coleta? R. No lo tengo decidido. Vivo el presente, que es lo que me interesa. LA TERRAZA
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