A Blijlevens le gusta Andaluc¨ªa
Son bastantes los conceptos que han dejado de tener sentido en ciclismo, por ejemplo el de los routiers, o especialistas rodadores de llano. Son tipos de estatura y de peso, corredores capaces de rodar a m¨¢s de 40 o 45 kil¨®metros por hora durante 100 o 150 kil¨®metros. Su morfolog¨ªa les permite aguantar lo que se llama el nivel aer¨®bico del esfuerzo, con una cadencia de pedaleo dura, sin sufrir en exceso. Suelen resistir esfuerzos grandes pero explosivos, nunca sostenidos. Estos ciclistas est¨¢n hechos para rondas de pocas jornadas o largos recorridos llanos de un solo d¨ªa.La etapa de ayer enlazaba C¨®rdoba y C¨¢diz, la m¨¢s larga de la Vuelta, sobre una ruta ancha. S¨®lo una tachuela -el alto de Cuesta Espino cerca de la salida- que hasta un cicloturista la pasaba silbando. El resto, una autopista hacia la Tacita de Plata. Bien protegidos los favoritos y escondidos los escaladores, todo indicaba que el gui¨®n en carrera estaba escrito para, en primer lugar, los rodadores, y de no surtir efecto -el calor fue determinante-, una llegada masiva con los sprinters en escena.
Eso ocurri¨®. No hubo routiers. La etapa se convirti¨® en ag¨®nica. En definitiva, aburrida. La historia de los 235 kil¨®metros de la jornada se resumi¨® en los 50 metros finales. El pelot¨®n acelerado, estirado, con los sprinters por delante buscando escribir su nombre en el anuario de la ronda.
Y surgi¨® un especialista: Jeroen Blijlevens. El holand¨¦s, residente en B¨¦lgica, del TVM, gan¨® por un cuerpo al italiano Giovanni Lombardi, el escudero que le prepara los sprints al ausente Erik Zabel, del Telekom. Fue un ramillete de sprinters quien se coloc¨® en busca de la victoria. Estaban el australiano Robbie McEven, tercero, y a continuacion el checo Jan Svorada, el tambien australiano Henk Vogels y dem¨¢s. Y para no perder la costumbre, una ca¨ªda termin¨® de llenar el gui¨®n. El corredor del ONCE David Etxebarr¨ªa perdi¨® el equilibrio y arrastr¨® al asfalto a otros cuatro corredores. El percance fue una an¨¦cdota.
A Blijlevens, de 27 a?os, le gusta Andaluc¨ªa. Es un especialista en adjudicarse las etapas m¨¢s largas de las vueltas. Curiosamente, el holan¨¢¨¦s gan¨® la etapa m¨¢s larga del ¨²ltimo Tour, con sus 252 kil¨®metros, antes de que se bajara de la bicicleta, cerca de Suiza, harto de los registros de los gendarmes al equipo TVM. Y en la Vuelta, siempre ha ganado una etapa en tierras andaluzas: en Sevilla (1995) y Almer¨ªa (1996). El peso de Blijlevens en el TVM es evidente. Fue el holand¨¦s quien recomend¨® el fichaje del ucranio Outschakov como su lanzador en los sprints.
Otra consecuencia directa de la larga y calurosa jornada, fue la apenas ausencia de lucha por las bonificaciones en las tres metas volantes. Laurent Jalabert, el protagonista en la v¨ªspera, decidi¨® tom¨¢rselo con un poco de calma en los dos segundos actos de la etapa, para aparecer como una fiera en Jerez de la Frontera y sumar tres segundos de bonificaci¨®n. Los Z¨¹lle, Olano, Escart¨ªn anduvieron atentos pero suaves. Llegaron todos a C¨¢diz, excepto el belga Frank Vandenbroucke, que opt¨® por irse a casa. La culpa, una infecci¨®n bucal y los antibi¨®ticos para curar. Su retirada, no obstante, estaba cantada al perder 15 minutos en la etapa inaugural de C¨®rdoba.
Una etapa sin consecuencias para los ciclistas y para los directores. Hasta Tony Rominguer, tricampe¨®n de la Vuelta, se aburri¨® en su estreno como codirector t¨¦cnico del Cofidis. Y es que andar sobre una bicicleta en una autopista, con calor y un mismo paisaje es para tom¨¢rselo con resignaci¨®n. Ni el sindicato de los jornaleros andaluces del campo consigui¨® aplicar una acci¨®n directa en sus reivindicaciones. El intento de cortar la prueba -s¨®lo se trataba de parar un minuto- fue abortado de manera elegante por un conocido periodista deportivo espa?ol.
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