La estrella de Blair palidece

Todas las lunas de miel acaban. La de Tony Blair ha sido m¨¢s larga que la de cualquier otro primer ministro brit¨¢nico. Sumamente popular ya en el d¨ªa de la elecci¨®n, logr¨® granjearse un incremento de popularidad poselectoral sin precedentes. Los ¨ªndices de satisfacci¨®n de la opini¨®n p¨²blica con Blair superaron con mucho a los de Margaret Thatcher en el culmen de su popularidad, despu¨¦s de que arrasara en 1983. Pero la encuesta anual sobre el estado de la naci¨®n muestra un brusco descenso en la imagen del primer ministro: un 8% le considera m¨¢s arrogante, y desciende en un 17% la cifra de quienes creen "que entiende a las personas como yo" y en un 20% a de quienes le creen m¨¢s honesto que a la mayor¨ªa de los pol¨ªticos. (...)Parad¨®jicamente, el descensc de la popularidad de Blair coincide con un aumento de la confianza de la opini¨®n p¨²blica en la administraci¨®n laborista de la sanidad y la educaci¨®n. Es ir¨®nico que la promesa de julio de grandes inversiones p¨²blicas en hospitales y escuelas parezca haber aumentado la satisfacci¨®n p¨²blica mucho antes de que el dinero haya, empezado a gastarse. (...) Son muchas menos las personas que creen que el servicio nacional de sanidad este empeorando, pero s¨®lo el l cree que est¨¢ mejoran do. El Gobierno pisa un terreno m¨¢s seguro en la educaci¨®n: el porcentaje de quienes creen que ese servicio est¨¢ mejorando se duplica. Las inversiones extras (...) no bastar¨¢n: los votantes quieren resultados tangibles. , 9 de septiembre.