RODEADOS DE SERPIENTES

Crisanto V¨¢zquez Barreiro, decorador brasile?o que vive en Viveiro (Lugo), se ve abocado a desempe?arse como Indiana Jones en su propia casa. La ocup¨® hace un a?o, con su mujer y los tres hijos del matrimonio, de 10, siete y cinco a?os, y a los pocos d¨ªas ya descubrieron cuatro serpientes, una de m¨¢s de metro y medio. Una dotaci¨®n de Protecci¨®n Civil se llev¨® uno de los reptiles para comprobar si era venenoso. Los resultados no han llegado, pero con el final del verano, como el a?o pasado, se ha reproducido la invasi¨®n. La casa es vieja y las culebras entran por debajo de las puertas, trepan hasta la planta superior por las paredes de piedra. "Han empezado a salir otra vez, est¨¢n por todas partes", declara el decorador, que las cuenta por docenas, de todos los tama?os. La familia no dispone de medios para mudarse a otra casa y los peque?os ya han perdido el miedo a las serpientes, "aunque cuando te acercas a ellas, atacan". -